Ferguson busca un punto y aparte tras su protesta racial

Ferguson (Misuri)

Un año después de la muerte de Michael Brown a manos de un policía blanco, la ciudad de Ferguson (Misuri) busca un punto y aparte de los violentos disturbios con los que hizo historia en 2014 y que la situaron en el mapa internacional como exponente del problema racial que persiste en Estados Unidos.

Esta pequeña ciudad del Medio Oeste de Estados Unidos amaneció ayer  aliviada por haber evitado, en el aniversario de la muerte del joven negro, una nueva ola de violencia como la que el año pasado la llevó a abrir noticieros  en todo el mundo.

Los vecinos de Ferguson, una ciudad de poco más de 20.000 habitantes, esperan que termine el estado de emergencia declarado el lunes tras los tiroteos que en la noche del domingo dejaron un herido crítico y dos leves.

Han sido poco más de 24  horas de violencia y tensión, pero Ferguson llegó a temer lo peor: otro joven negro había sido herido de gravedad por disparos de la Policía en circunstancias poco claras. El amigo de Brown, Tyrone Harris, negro y de 18 años como él, está en situación crítica tras mantener, el pasado domingo, un enfrentamiento con los agentes, del que hay versiones contradictorias.

La Policía, conjurada para evitar una nueva ola violenta, se ha esforzado por aclarar inmediatamente que en esta ocasión el joven iba armado y disparó primero contra los agentes.

Su familia y amigos rechazan esta tesis y aseguran que el chico sólo estaba huyendo, sin arma alguna, de una persecución policial. Inmediatamente, las autoridades lo acusaron de cuatro cargos por asalto a agentes de seguridad, cinco cargos por acción delictiva con arma y uno por disparar a un vehículo.

La fianza asciende a 250.000 dólares en efectivo. Para reforzar su versión, la Policía divulgó ayer un video, grabado por la cámara de seguridad de un establecimiento, en el que puede verse cómo un joven negro con camiseta blanca (que aseguran que es Harris) saca una pistola de sus pantalones y echa a correr fuera de la escena en medio del caos que se vivió en la noche del aniversario de la muerte de Brown.

Ahora, falta por ver  cómo evoluciona el estado de salud del joven y también cómo reacciona la ciudad si llegara a fallecer.

Si la muerte de Michael Brown desató una indignación que aún persiste en Ferguson, los disturbios que estallaron tras cada suceso relacionado con su muerte generaron  un miedo del que esta pequeña comunidad vecina de San Luis no logra librarse.

«Algo dentro de mí tiene miedo de volver a casa, y no puedo tener miedo de volver a casa, ¡es mi casa!”, comentó  Neely Knarcisse, una afroamericana que regresa ahora a San Luis para cuidar a su madre después de vivir los últimos 26 años en California. Esta imagen de peligro es la que pretende borrar el movimiento I love Ferguson (Yo amo a Ferguson), para recuperar la imagen de la ciudad. (EFE)

 

Malestar ciudadano

Periodista  La cadena de televisión canadiense CTV informó ayer  que su corresponsal en Los Ángeles (EEUU), Tom Walters, fue imputado por presuntamente interferir con la Policía local durante los disturbios registrados hace un año en la localidad de Ferguson, tras la muerte del joven negro Michael Brown.

Protestas Desde que el sábado por la mañana comenzaron las marchas por el primer aniversario de la muerte de Michael Brown, Ferguson vivió poco más de 24 horas de violencia y tensión.




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