El Gobierno Foral de Navarra ha formalizado hoy el acuerdo del que venía avisando su presidenta, Uxúe Barkos, desde este pasado verano, por el cual se retira la invitación a los Reyes de España para presidir la entrega anual del Premio Príncipe de Viana de la Cultura.
El aviso constituyó, de hecho, la noticia central de la ceremonia que tuvo lugar el pasado mes de junio en el Monasterio de Leyre; la última -tal como se apuntó- que contará con la ininterrumpida presencia de Don Felipe desde 1993, y de Doña Letizia desde su boda, en 2004.
En aquel momento, en los días previos a su propio nombramiento, Barkos sólo habló de la conveniencia de «revisar» el formato de una ceremonia cuya supresión reivindicaban, en medio de la negociación de Gobierno, sus socios de Izquierda-Ezkerra. A su llegada a Leyre admitió que «la Institución Príncipe de Viana debe reforzar su personalidad navarra» y a su salida, aún añadió sobre la retirada de la invitación a los Reyes: «No está en nuestra agenda, pero no descarto nada».
Además, en conversación con este diario, la presidenta en ciernes añadió, sin tapujos, que estaba en desacuerdo con que sonara el himno nacional, tras el propio himno de las Cortes de Navarra, durante la ofrenda floral que los Reyes de España hacen en honor de los Reyes de Navarra enterrados en el Monasterio: «La Marcha Real ante las tumbas de los Reyes de Navarra me parece un salchucho», afirmó, en una expresión local que la Real Academia de la Lengua traduce como «estropicio».
Finalmente, no sólo no sonará el himno nacional sino que los Reyes no serán invitados a la ceremonia porque, en palabras de la consejera de Cultura, Ana Herrera, el Ejecutivo navarro quiere poner «el acento en lo que realmente interesa», o sea, el propio premio cultural -al que por cierto, también se ha suprimido la dotación económica- y «no en quién lo entrega».
