Su nombre procede de la palabra de origen griego (Kleitoris), que significa llave, “la cuál abre la puerta hacia la máxima representación del placer: el orgasmo”
Y aunque la zona erógena por excelencia es el cerebro, y a estas alturas ya nadie lo duda, una mala estimulación del clítoris, junto al pobre desconocimiento de todo lo que rodea al sexo puede llevar a muchas mujeres a pensar que son anorgásmicas y que eso del placer sexual no va con ellas.
EFEsalud ha entrevistado a la sexóloga francesa Valérie Tasso y ha asistido a unos de sus talleres de sexología, organizado por la marca de juguetes eróticos LELO.
“Todos presumen de saber de sexo, pero es mentira. Se trata de una cuestión que sigue rodeada de muchos topicazos que, desafortunadamente, acaban aceptándose como verdad”, afirma para empezar la conversación esta francesa afincada en Barcelona y autora de más de una decena de libros.
Entre otros, “Diario de una ninfómana”, una de sus obras más conocidas y polémicas y que fue adaptada al cine.
Y como muestra de los tópicos, un botón: “las fantasías eróticas femeninas no son para nada románticas, y el hombre no solo piensa por el pene, tiene otras zonas erógenas con las que estimularse”, asegura.
“La zona erógena por excelencia es el cerebro, esto nadie lo duda, se repite hasta la saciedad, pero en sexología tenemos lo que son las zonas erógenas primarias, que son los genitales, el pecho, el trasero… y hay otros puntos a descubrir porque cada persona es un mundo y cada mujer tiene su propio mapa”.
Pero lo que sucede, según esta sexóloga licenciada en Económicas y Lenguas Extranjeras, es que aún son incontables las personas que ni siquiera se atreven a mencionar la palabra clítoris, echan mano de los eufemismos, e incluso hay jóvenes que todavía no saben ni para qué sirve.
En su opinión, existe una “ablación del clítoris simbólica en Occidente, porque todavía con cierta frecuencia se oculta”.
Por ello defiende que hay que hablar más, y sin complejos, de este órgano que mide entre 10 y 12 centímetros y se compone de una parte interna no visible.