Estas ratas huelen la tuberculosis

A la entrada de la facultad de Veterinaria de Maputo, unos policías adiestran a sus perros. Son animales listos, leales y con un olfato les pone en alerta ante situaciones en las que sus tutores humanos no se habían olido nada. Las ratas gigantes africanas también tienen este sentido hiperdesarrollado, pero ellas ni son tan inteligentes ni sienten un gran apego por su cuidador, lo que, en lugar de ser un inconveniente, puede convertirse en una ventaja para la ciencia. A solo unos metros del entrenamiento de los canes, nueve roedores ayudan a detectar la tuberculosis, mejorando la precisión de la microscopía convencional y de forma mucho más rápida.

La idea surgió en la ONG belga Apopo, donde pensaron que las características de este animal podrían servir para encontrar minas antipersona. Al no necesitar siempre al mismo adiestrador, son más autónomas. Y al no ser tan listas como los perros, se centran más en su objetivo, tienen menos factores que las condicionen. Las adiestraron para localizar los explosivos y comprobaron que podían peinar 200 metros cuadrados de terreno en 20 minutos, lo que una persona con un detector tardaría dos días. La ONG fue contratada por el Gobierno de Mozambique, un país sembrado de estos explosivos, y han limpiado provincia como Manica a base de olfato. Han contribuido a que buena parte del país haya sido declarado libre de minas. Ya solo quedan en algunas zonas montañosas e inaccesibles.




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