Christopher Kellie es un joven de 21 años con muchas cualidades, pero si hay alguna que destacar sería la suerte y el don de la ubicuidad sin duda.
El joven de Glasgow, en Escocia, se acercó con su madre a un restaurante McDonalds cercano a su casa para dejar un resume, pues quería conseguir un trabajo de tiempo parcial para compaginar con sus estudios.
En ese mismo momento se encontraba cenando en el restaurante Alice Bruce, una mujer, representante de la agencia de modelos Colours, quien nada más ver al joven salió detrás de él y su madre prendada con las cualidades físicas y su «rostro fresco».
La mujer le ofreció un contrato para trabajar para la agencia y el chico, sorprendido, aceptó.
“Se tiró delante de mi coche y comenzó a gritarme que me detuviera” cuando el joven abandonaba el local, ha asegurado él mismo al Daily Record. “Bajé la ventanilla y me preguntó si me gustaría ser modelo. Pensé que era una broma hasta que me dio su tarjeta”, ha reconocido.
En la actualidad, ha trabajado para las empresas de moda más prestigiosas y ha realizado campañas por todo el mundo. «El cielo es el límite», según su descubridora.
