La televisión por Internet cambia el modelo de negocio en Hollywood

Cuando se estrenó la tercera temporada de House of Cards, alguien le dio a un botón en un pueblo llamado Los Gatos, California, y desde ese momento 50 millones de clientes de Netflix, la dueña de la serie, tuvieron la opción de ver el primer episodio cuando les apetezca, vivan donde vivan, sin anuncios, sin poner un disco, sin descargarlo en ningún sitio, sin tener que contratar ningún paquete de canales, sin antena de televisión. Incluso, sin aparato de televisión. Vale con una tarjeta de crédito, una conexión a Internet y cualquier pantalla.

La distribución de vídeo por Internet ha revolucionado la forma en que se produce y se consume la televisión. Servicios como Netflix, Hulu o Amazon amenazan con convertir en obsoleta cualquier oferta de televisión lineal, con horarios y anuncios. Al mismo tiempo, al convertirse en productores de contenido propio, han abierto una cantidad de puertas sin precedentes a actores, directores, guionistas y técnicos de todo tipo. Además, plataformas como Hulu o Yahoo! se convierten en hogar de la segunda vida de series ya canceladas por sus cadenas. Hollywood, entendido en sentido amplio, vive una revolución en el empleo creativo.

El año pasado, la industria de películas y grabación sumó 8.000 empleos nuevos, un crecimiento del 6,5% que supone tres veces más que cualquier otro sector en el condado de Los Ángeles, según cifras recopiladas por Los Angeles Times. Robert Kleinhenz, economista jefe de una consultora local, afirmaba en ese periódico que la base de este empleo está en los nuevos productores de vídeo digital. Se están perdiendo empleos que no volverán y están surgiendo empleos que antes no existían.




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