Una mujer aguarda más de 40 minutos en una cola para usar el cajero automático de un banco estatal venezolano, y después de tres operaciones retira 9.000 bolívares en billetes de cien, moneda que inició su largo y accidentado adiós en diciembre pasado, y que ha visto como se prorroga su curso legal en cuatro ocasiones. Con ese fajo de 90 billetes, que casi no abarca con las manos, la mujer solo comprará las entradas y las golosinas para ir con su familia al cine en un centro comercial de la mirandina ciudad de Guatire, a unos 40 kilómetros de la capital venezolana.
«Tuve que hacerlo porque el punto de venta estaba averiado, pero esto es una locura, con esta moneda no se compra nada«, explica a Efe Ángela Gutiérrez mostrando el billete de cien bolívares que, si bien equivale a solo 14 céntimos de euro, fue hasta hace dos meses el de más alta denominación en Venezuela. Gutiérrez, que dijo «presentir» que el uso de los 100 bolívares volvería a ser prorrogado, señaló que aún no ha tenido en las manos la nueva moneda: «Vi una foto, nada más», agregó.
