Los atropellos mortales se disparan en Barcelona

“Nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira”. Nunca fueron los versos de Campoamor más ciertos que este viernes, como se ha comprobado durante la presentación del balance de accidentabilidad del Ayuntamiento de Barcelona. La Guardia Urbana, que estrenará en breve un vehículo espía para cazar infracciones de tráfico, investigó el año pasado 9.330 accidentes con víctimas, casi un 2,5% más que en el 2015.

El número de personas heridas también experimentó un crecimiento y pasó de las 11.810 del 2015 a las 12.060 del 2016, otro 2,5% más. Afortunadamente, los heridos graves han pasado de 199 a 194. Pero por desgracia las víctimas mortales han pasado de 27 a 28.

La buena noticia es que la ciudad registra una tendencia a la baja de siniestralidad vial desde hace doce años. En el 2004 los accidentes graves fueron 596. El año pasado, 222, un 62,7% menos. En el 2016 también hubo un total de 194 personas resultaron heridas graves, es decir, que requirieron una hospitalización de más de 24 horas, un 2,5% menos que en el 2015.

El colectivo más castigado

La mala noticia, sin embargo, es que se ha disparado la cifra de atropellos mortales, que casi se han triplicado. Los viandantes fueron el colectivo con un índice de mortalidad más elevado en los últimos doce meses y representaron el 57% de las víctimas mortales en accidentes de tráfico. De los seis peatones fallecidos en el 2015 se ha pasado a 16 en el 2017 (diez de ellos eran mayores de 70 años). La concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Mercedes Vidal, y el comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, que han presentado los resultados del informe, se han conjurado para reducir la siniestralidad.




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