Neil Frias y Jeff White estaban disfrutando el sábado, 24 de septiembre, del Folsom Street Fair, un festival fetichista anual que se celebra en San Francisco, cuando sufrieron un inusual ataque homofóbico cuando salían de cenar.
La pareja se encuentraba de pie, en la acera, delante de un restaurante McDonalds. Uno de ellos estaba agachado, atándose los cordones de los zapatos, cuando a su lado se detiene una camioneta de color azul de la que se baja una turba de 5 individuos que comienzan a gritarles insultos homofóbicos.
Vosotros los maricones estáis destruyendo los valores familiares», comienza a gritarles uno de los agresores mientras Frias les dice que no quiere ningún problema, quien pensó que uno de ellos iba agredirle físicamente cuando ve que se le acercaba, pero para rociarle con spray de pimienta en el rostro.
El grupo de agresores sale huyendo en el momento en que una persona que estaba siendo testigo de la escena amenaza con llamar a la policía, quienes se presentan con un equipo de paramédicos, pero la pareja no quiso asistencia médica.
Para White, «lo que fue más significativo acerca de la situación es la ausencia de provocación. Es alucinante». Más allá del ataque, lo que a su compañero más le sorprende es que hayan sufrido esta agresión en una ciudad tan tradicionalmente abierta con la comunidad LGTB como San Francisco. «Podría pensar que lo que pasó anoche podría pasar en cualquier otro sitio, no aquí», explica Frias.
«Nos tomamos estos crímenes muy seriamente. Si alguien piensa que pueden atacar a cualquiera en base a sus preferencias sexuales, vamos a ir detrás de ellos y hacerles tomar responsabilidades», declara el oficial Carlos Manfredi, portavoz de la policía de San Francisco, una ciudad que no es más inmune a la violencia basada en el odio que cualquier otro lugar.
Una encuesta del Centro LGBT de San Francisco realizada en 2014 indicaba que el 45 % de los encuestados había sufrido agresiones físicas causadas por la homofobia, así como el 70 % había sido víctima de algún tipo de acoso sólo por el hecho de pertenecer a la comunidad LGTB.
