Miss Japón pone el país en el diván

Ella en Japón es una hafu, una palabra adoptada del inglés half (mitad) que en la sociedad nipona se utiliza para definir a las personas birraciales. Un colectivo minoritario que topa con dificultades para integrarse en un país como Japón, cuya sociedad es muy homogénea y conservadora.

Priyanka Yoshikawa, sin embargo, está dispuesta a aprovechar la popularidad que le brinda el título de miss Japón para derribar estas aprensiones. Unos prejuicios que han aflorado en las redes sociales como consecuencia de su designación como reina de la belleza. Numerosos internautas la han criticado por no ser una japonesa pura y, por tanto, imposible de representar al país del sol naciente en un concurso de belleza internacional.

Priyanka, hija de padre indio y madre japonesa, es la segunda hafu consecutiva que es elegida para representar a la tercera potencia mundial en un concurso de miss y quiere aportar ahora su granito de arena en favor de este colectivo.

Se corona tras Ariana Miyamoto, hija de madre nipona y padre afroamericano, que ganó miss Universo Japón el año pasado. Ambas han provocado que la sociedad japonesa se siente en el diván para revisar sus valores sobre sus prejuicios raciales en un mundo sin fronteras.

“Sí, soy mitad india y a la gente que me pregunta por mi pureza, les respondo que estoy orgullosa de tener una parte india, pero no quiere decir que no sea japonesa”, subrayó la joven de 22 años en una entrevista a France Press. Priyanka, traductora y profesora de inglés, contestaba así a aquellos que en las redes sociales se preguntaban si no “había una cara japonesa pura que pudiera ganar el concurso de belleza”.

El comentario del usuario nipón en Twitter no era aislado. Responde a una realidad a la que se enfrentan los hijos de los matrimonios mixtos nacidos en Japón. Una minoría que representa el 2% de nacimientos en el archipiélago nipón, lo que equivale a unos 20.000 bebés. Una cifra muy pequeña en términos absolutos cuyos problemas se agrandan con la edad. A medida que crecen aumenta su inquietud sobre si el hecho de ser singulares en una sociedad homogénea les creará dificultades para encontrar pareja o empleo.

Priyanka también padeció este desasosiego y reconoce que el orgullo que exhibe ahora es fruto de haber asumido y superado las vejaciones que sufrió en la escuela de niña, a causa de su mestizaje. Y es que cuando regresó a Japón, a la edad de 10 años, tras haber vivido tres años en Sacramento y uno en Calcuta, sus compañero se apartaban de ella. “Se me trataba como si fuera un microbio. Nadie osaba tocarme, como si tuviera algo malo. Pero ahora estoy agradecida de ello, porque eso me hizo muy fuerte”.

Es sin duda por esta razón que ahora esta joven, practicante de kick-boxing y con un título de entrenadora de elefantes en el bolsillo, quiere aprovechar la popularidad que le facilita el título de reina de la belleza para luchar por los hafu. “Como miss Japón, espero poder contribuir a cambiar la percepción de la gente, porque el número de personas mestizas va a ir en aumento, así que la gente tiene que aceptarlo”.

Su iniciativa es importante porque la población hafu efectivamente va en aumento en Japón. Actualmente, uno de cada 50 bebés que nace es fruto de un matrimonio mixto, según las estadísticas gubernamentales. Una tendencia que va al alza debido a que cada vez hay más enlaces birraciales. En el 2013, significaron el 3,3% de las bodas totales, lo que representó un total de 21.488 casamientos, un incremento considerable frente a las 5.372 bodas entre extranjeros y nacionales de la década de los años 80.

“Conozco a un montón de personas que son hafus y sufren”, ha comentado Priyanka Yoshikawa, quien se lamenta que “no deberíamos tener problemas de racismo”. “Hemos luchado para no tener que pasar por eso y duele ver que, pese a todo, aún queda mucho por hacer”, añade.




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