Joven italiana: «¡Ayúdennos, mis padres están heridos, pero vivos!»

«Se sienten voces bajo los escombros que gritan: ‘Ayúdennos, ayúdennos, mi padre y mi madre están heridos, pero vivos'», dijo una joven en la sala de espera del hospital de Ascoli Piceno, en la región de Marche.

«Estaba en Pagliare y tras el terremoto me precipité a Pescara del Tronto, donde viven mis padres. Algunos amigos nos ayudaron a extraerlos de entre las ruinas», relató entre lágrimas. «Mi madre tiene un brazo fracturado y una lesión en la cabeza, por suerte no es grave. En Pescara del Tronto es una tragedia. Murieron al menos tres personas. Vi pasar un niño que lo llevaba en brazos el tío, que pedía ayuda desesperadamente. Hubo muchos derrumbes», contó.

Las pequeñas localidades de Amatrice y Accumol I, en la región del Lacio, y Arquata del Tronto, en la región de Marche, fueron las más dañadas por el sismo del miércoles. Pero sin duda Amatrice recibió el impacto más fuerte.

«Esta es una ciudad que quedó completamente destruida», dijo el estudiante Federico Rocchi, que se apresuró para llegar a Amatrice desde una localidad vecina, Collefiorito, donde el sismo no causó víctimas.

«Sin electricidad, no podíamos seguir las noticias por televisión, por lo que queríamos ver las cosas con nuestros propios ojos», explicó Federico junto a su hermano, Giulio. «Perdimos a tantos amigos y conocidos…», se lamentó Giulio.

En las calles desoladas de Amatrice podía verse a su alrededor a gente que lloraba y se abrazaba. Permanentemente se oía el ulular de las sirenas y el sobrevuelo de los helicópteros

«No quedó nada aquí. Todo lo que teníamos desapareció», pudo escucharse conmovida a una mujer mientras hablaba por teléfono en un improvisado campamento instalado en un parque de la ciudad, donde estaba junto a su esposo, su hija y su perro.

“Diez segundos bastaron para destruir todo»

Un reportero comentó en la televisión: «El escenario que uno se encuentra en Amatrice es apocalíptico: la fila de casas a lo largo de la avenida principal colapsó por completo y los escombros de las fachadas caídas ocupan toda la calle».

«Los bomberos están trepando a pie sobre las ruinas para buscar a los desaparecidos, y también está trabajando una excavadora para liberar la calle. Además muchos hombres colaboran en la búsqueda con sus propias palas», agregó.

Marco, un trabajador de Amatrice que sobrevivió al derrumbe de su casa en el casco viejo de la ciudad, comentó: «Me salvé por milagro y porque me había despertado poco antes para ir a trabajar. Apenas me levanté de la cama sentí que se derrumbaba todo. Diez segundos bastaron para destruir todo», dijo.

«Me recordó el sismo de L’Aquila, pero aquél duró más. Aquí sucedió todo en un segundo», concluyó.




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