Nunca quisimos arruinarlo financieramente (…). Queremos que reconozca lo que hizo, que diga que se equivocó, que haga el curso, y que sea un mejor humano», declara Thorton.
La condena incluye 164 horas de trabajo en la Oficina de Relaciones Comunitarias de la comisión de Derechos Humanos, cuyo objetivo es el de «favorecer la comprensión y el respeto entre las muchas comunidades de la ciudad de Nueva York».
Durante el procedimiento, Dahbi afirma que la pareja le llamó «terrorista árabe de mierda» y «capullo musulmán radical». Por otro lado, la pareja alega que se refirió a ellas con términos como «coños, putas y perras» después de que el taxista les increpara por darse un «pico» en a parte de atrás del vehículo, diciéndoles que dejaran «eso para la habitación o se bajaran del coche», para, a continuación, detener el vehículo y obligarles a bajarse.
Un informe de la Comisión indica que la declaración de las demandantes coincide en todos los puntos, quienes llegado un momento no se sintieron «seguras, por lo que decidieron que no tuvieron otra opción que bajarse del coche. Cogieron su equipaje pero se negaron a pagar la carrera, momento en que el taxista comenzó a insultarles.
El taxista asegura que no se dieron un simple beso en los labios sino que estaban una encima de la otra. Afirma que bloqueaban su campo de visión a través del espejo retrovisor, distrayéndole de su obligación. Según él, tan sólo les pidió que «dejaran ese comportamiento», siendo ellas las que le dijeron que parara el coche para bajarse.
La comisión ha basado su fallo en esta declaración del propio Dahbi al considerar certificada su intromisión en el comportamiento de las demandantes, no siendo nadie para decirles cómo se deben comportar. En su defensa, Dahbi ha declarado que le habría pedido lo mismo a una pareja heterosexual, una reprobación que la comisión considera igual de reprobable.
