Cuando ayer Joaquín fue a retirar los medicamentos para su enfermedad crónica a su farmacia habitual, el boticario le dijo que “la tarjeta había sido desactivada porque había fallecido». Desconcertado, este vecino de Huelva, cuya identidad quiere preservar, le contestó: “Tiene un muerto delante y le está hablando”, dejando en evidencia que su defunción se debía a un error. No obstante, lo más sorprendente en este caso es que hace cinco años Joaquín C.S., de 37 años, también tuvo problemas para votar por lo mismo: el censo electoral le dio por muerto.
En aquella ocasión Joaquín ha recordado que cuando acudió a depositar su papeleta en las elecciones de 2011, le dijeron que no podía porque había fallecido: le confundieron con su padre que había muerto un mes antes. Por suerte, todo quedó en una anécdota que le llevó varias horas de gestiones para poder votar. Lo que no podía imaginarse entonces este vecino es que unos años después se encontraría en una situación muy similar.
El onubense explica que esta vez el problema se debe a que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) le ha “matado por error” al confundir su numeración de la tarjeta sanitaria con la de un fallecido. Y de nuevo la equivocación le ha acarreado perder tiempo para esclarecer lo ocurrido. El Instituto Nacional de la Seguridad Social le han dicho que «todos los datos están en orden» y que consultara en la Consejería de Salud de la Junta, mientras que en su centro de salud, le han confirmado que su tarjeta «se había desactivado por fallecimiento».
«La persona que me ha atendido no ha podido evitar reirse cuando me ha dicho que estaba muerto, y me ha dicho que es algo que no suele ocurrir, pero puede pasar al modificar los datos de una persona realmente fallecida, y finalmente, sin evitar las risas, me lo han solucionado», ha dicho Joaquín C.S. sobre este asunto, que hoy adelanta Viva Huelva.
