Oscar Aracena Montero, de 26 años, uno de los dominicanos que murió en el atentado de Orlando, Estados Unidos, tenía el sueño de llevarse a su mamá, Altagracia Montero, para ese país, para lo cual estaba haciendo los trámites.
Llevaba alrededor de 9 años residiendo en Tampa, Florida; trabajaba como gerente en un restaurante de comida rápida y estudiaba administración de empresas. Hace un año que vino al país para compartir con su familia materna.
Era nacido y criado en el Ensanche Ozama del municipio de Santo Domingo Este, aunque su padre, Ambiorix Aracena, es oriundo de El Cercado, en San Juan de la Maguana.
Dos tíos, un cuñado y un primo lo definen como un joven ejemplar, estudioso, disciplinado y perfecto.
Su madre está destrozada, según narraron dos hermanos de ella cuando reporteros del Listín Diario visitaron su vivienda.
Una tía materna de la víctima, que no quiso decir su nombre, expresó que la madre del joven fallecido estaba indispuesta para hablar sobre su situación, porque la noticia le ha afectado bastante y no salió de su habitación mientras los reporteros estaban en la residencia.
“Él estaba en el lugar equivocado en ese momento”, manifestó su tía quien señaló que lo cuidaba cuando era niño.
Mientras que Winston Montero, tío de la víctima, lo definió como un joven respetuoso y tranquilo
En su niñez en el país llevaba una vida cristiana era integrante de la iglesia Pentecostal, donde tocaba el piano y estudió en colegios cristianos.
La familia recibió la noticia alrededor de las 4:00 de la madrugada de hoy y, según contaron, desde esa hora no han podido dormir.
Los familiares se están preparando para traer el cadáver y el papá ya informó que se lo entregaron allá en Estados Unidos.
F. Listín Diario.
