Un perro de una raza peligrosa atacó el pasado domingo por la tarde a un niño de siete años, al que mordió en el rostro en una calle junto al parque de la Guineueta de Barcelona, donde su dueño lo llevaba sin atar y sin bozal, lo que está prohibido en este tipo de animales.
El año pasado el Ayuntamiento de Barcelona interpuso 993 denuncias contra propietarios de este tipo de animales, por infracciones de las ordenanzas municipales como no tener licencia, no estar censado, no disponer de chip identificativo o ir por lugares públicos sin estar atados o sin bozal.
Según fuentes municipales, el suceso tuvo lugar a la altura del número 84 de la calle Artesania, en Nou Barris. El perro de la raza American Stanford atacó al menor en la cara.
El niño fue trasladado en ambulancia por el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) al Hospital de la Vall d’Hebrón, junto a su madre, donde fue dado de alta aquella misma tarde, después de que le pusieran unos puntos para curarle la herida en la cara, según fuentes sanitarias.
La normativa prevé sanciones de entre 150 y 1.500 euros en los casos en los que un perro de una raza peligrosa vaya sin bozal
La Guardia Urbana ha abierto una investigación sobre el dueño del animal por un delito leve de lesiones, así como un proceso administrativo por incumplimiento de las ordenanzas municipales. La normativa prevé sanciones de entre 150 y 1.500 euros en los casos en los que un perro de una raza peligrosa vaya sin bozal, aunque las multas pueden llegar a los 30.000 euros en las infracciones muy graves.
Por su parte, un juez ha ordenado que el animal quede encerrado en casa de su propietario, sin poder salir a la calle. Cuando el perro atacó al niño, el dueño no llevaba encima la licencia que autoriza a tener este tipo de animales peligrosos.
