La llave para el tratamiento del VIH podría estar en la sangre humana

Un equipo de científicos ha descubierto que algunas personas infectadas con el VIH pueden producir anticuerpos que neutralicen eficazmente muchas cepas del virus.

Se trata de una estrategia emergente que implica la inmunización de los pacientes con una serie de proteínas de VIH, generadas como inmunógenos para enseñar al sistema a producir anticuerpos que puedan funcionar como neutralizantes del VIH.

Este tratamiento depende de la capacidad del inmunógeno para unirse a unas células concretas, linfocitos B, que son las precursoras de anticuerpos con esa capacidad de neutralizar las células productoras de VIH.

Este equipo de científicos, integrados por miembros de The Scripps Research Institute (TSRI), el International AIDS Vaccine Initiative (IAVI) y La Jolla Institute for Allergy and Immunology, publicaban en la revista Science, el 24 de marzo, que la mayoría de las personas tienen estas llamadas «células embrión» en sus cuerpos, que pueden generar anticuerpos VRC01 necesarios para neutralizar las células del VIH.

Hemos descubierto que casi todo el mundo tiene estos precursores de anticuerpos, ampliamente neutralizantes, y que una proteína diseñada con precisión se puede unir a estas células con el potencial de convertirse en células ampliamente productoras de anticuerpos para neutralizar VIH, incluso en presencia de competencia de otras células inmunes» explica William Schief, autor principal del estudio, profesor en TSRI y director de IAVI, en cuyos laboratorios se desarrollan las vacunas.

El sistema inmunológico contiene un gran número de diferentes células B, precursoras para poder responder a un amplia variedad de patógenos, lo que también implica que las células B capaces de reconocer una característica específica sobre un virus son extremadamente anómalas dentro del conjunto total de células B.

El desafío para los fabricantes de vacunas es determinar si un inmunógeno puede presentar una superficie viral de manera que las células B puedan ser activadas, proliferar y ser útiles», explica Shane Crotty, co-autor del estudio y profesor en el Instituto de La Jolla.

Utilizando una nueva técnica, hemos sido capaces de demostrar, mucho antes de los ensayos clínicos, que la mayoría de los seres humanos tienen en realidad las células B adecuadas que se unirían a esta vacuna candidata», continua.

Estos trabajos ofrecen una visión alentadora para iniciar una primera fase de un ensayo clínico que pruebe una versión de una nanopartícula propuesta por estos científicos, la llamada «eOD-GT8 60mer.

El objetivo del estudio clínico es probar la seguridad y capacidad de esta proteína diseñada genéticamente para producir la deseada respuesta de inmunidad en humanos que podría mostrase como el inicio de un amplio desarrollo de la neutralización de los anticuerpos», concluye Schief.




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