Pekín, en alerta roja

Pekín ha puesto en marcha las medidas excepcionales previstas para contrarrestar el alto nivel de contaminación ambiental. Son las disposiciones que entran en vigor tras emitir la alerta roja, la señal de máximo peligro.

Es la primera ocasión que las autoridades de la capital china activan este nivel de alarma ante la intensa capa de polución que se prevé que cubra la ciudad hasta el jueves al mediodía. El aviso coincide con el inicio de las negociaciones en la cumbre de París sobre el cambio climático.

Las autoridades municipales de la capital china adoptaronesta decisión después de que la Oficina Medioambiental de Pe-kín advirtiera que se avecinaban tres días de contaminación por encima de los 200 microgramos de concentración por metro cúbico de las llamadas partículas PM 2,5 (la más dañinas para la salud). Nivel muy superior al máximo que fija la OMS, que es de 25 microgramos.

Para paliar esta situación, los mandatarios de Pekín han ordenado el cese de las actividades de las obras en construcción al aire libre, así como de las industrias más contaminantes.

Han prohibido circular a los camiones, los vehículos privados lo harán días alternos en función del último número de la matrícula y los coches oficiales reducirán su salidas un 30%. Y han recomendado, asimismo, a escuelas e institutos que suspendan las clases.

Las autoridades de Pekín han adoptado estas medidas porque atribuyen esta situación a la densa circulación de esta urbe de más de 21 millones de personas.

La realidad, sin embargo, es más compleja. El consumo de carbón también influye enormemente en los altos niveles de contaminación de Pekín y, en general, en todo el norte de China.

En estas fechas, el termómetro ya marca temperaturas negativas y la mayor parte de los sistemas de calefacción de la ciudad y sus alrededores funcionan a base de carbón. A ello se añade que más del 70% de la electricidad del gigante asiático se produce a partir de este mineral.

Este aviso de alerta roja sigue a la alarma naranja que las autoridades emitieron durante el fin de semana, en un sistema de cuatro grados sobre la contaminación atmosférica. La iniciativa adoptada por las autoridades de Pekín ha sorprendido favorablemente, al dar a entender su preocupación por la contaminación.

Los expertos, sin embargo, la consideran oportunista y destinada a aplacar el enojo de los pequineses, que se mostraron muy críticos en las redes sociales hace una semana, cuando el nivel de polución llegó a las 600 partículas de PM 2,5 y no se emitió la alerta roja. Ayer a medianoche, hora local, este índice se situaba en 249.

Los mismos observadores opinan también que esta decisión apenas incidirá en las negociaciones de la cumbre del cambio climático de París, a pesar de que China, el país más contaminante del mundo, tiene un papel crucial en la búsqueda de un pacto.




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