Jonathan Moya, condenado a 23 años por el rapto y asesinato de la bebé Miriam

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a Jonathan Moya a penas que suman 23 años y 7 meses de prisión por la detención ilegal y asesinato de la bebé Miriam Cuerda después de que la semana pasada un jurado popular lo declarara culpable por unanimidad. Según la sentencia, Moya raptó durante cuatro días en diciembre de 2012 a la bebé onubense de Palma del Condado (Huelva) de 16 meses y la mató.

Durante el secuestro el procesado, de 28 años, golpeó “con fuerza y en repetidas ocasiones” la cabeza de la niña “con un objeto contundente y plano” y envolvió a la menor una vez estaba en estado comatoso “en film transparente con el propósito de asfixiarla” para después arrojar su cuerpo a una balsa de riego.

El magistrado de la Sección Tercera, Luis Durbán, ha impuesto a Moya una pena de 5 años y 7 meses de cárcel por el delito de detención ilegal, así como otra de 18 años por el delito de asesinato. Asimismo, deberá indemnizar con 300.000 euros a la madre de la niña, Gema María Cuerda, a la que no podrá aproximarse a menos de 500 metros durante 43 años.

Moya convenció a Gema María, que vivía en La Palma del Condado (Huela) y con quien había mantenido una relación, de que viajara hasta Almería con la bebé, asegurándole que iba a regalarle un traje de bautizo. El magistrado recuerda en la sentencia que el jurado popular que enjuició a Moya declaró probado por unanimidad que el procesado abandonó a Gema María el 20 de diciembre de 2012 en un paraje deshabitado cercano a la localidad almeriense de Nacimiento y se llevó a la niña.

Posteriormente, retuvo a la menor en un cortijo situado en Fiñana (Almería) siguiendo un plan “preconcebido” y le golpeó en la cabeza en reiteradas ocasiones con un objeto contundente y plano, de forma que, según los informes forenses, se detectaron 22 signos de violencia externa. Debido a los golpes, la menor quedó gravemente herida e inconsciente y, todavía con vida, la envolvió en plástico transparente, tapándole la boca y la nariz, por lo que falleció entre las últimas horas del día 24 y las primeras del 25 “como consecuencia del traumatismo craneoencefálico y de la asfixia”, según la sentencia.

El secuestro duró cuatro días

El magistrado señala en su fallo la “frialdad de ánimo, la reflexión y persistencia en la resolución criminal con que el acusado cometió los hechos” y que actuó “con la intención de quitar la vida a la menor”. Hace hincapié en la duración de la privación de libertad, que superó los cuatro días, y en las “pésimas condiciones higiénicas y de alimentación en que la menor estuvo durante ese período en el cortijo, carente incluso de cuarto de baño”.




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