Ramos se infiltra y marca la raya en París

El Madrid empató sin goles en París y dio un paso casi definitivo en la clasificación para la fase decisiva de la Liga de Campeones. Los siete puntos aseguran al equipo una ventaja crítica.

La solidez defensiva le brinda serenidad tras la agitación desatada por las lesiones. Los madridistas salieron ufanos del Parque de los Príncipes tras poner un muro en su portería.

Suman dos goles en contra en 11 partidos y la impermeabilidad, más que el resultado de un sistema novedoso, obedece al mérito individual de gente como Keylor o Ramos. Este miércoles, sin embargo, el portero no hizo ninguna parada destacable porque apenas le remataron.

Le tiraron una sola vez entre los tres palos, cuando Matuidi enganchó un disparo flojo desde fuera del área. Ramos no permitió más.

Una de las jugadas que marcó el partido fue la pérdida de Marcelo, al comienzo de la segunda parte. El brasileño pasó la pelota por error a Cavani y le dejó en el carril central, a 30 metros de la portería. Entre el atacante y Navas solo se interponía Ramos.

El uruguayo, futbolista potentísimo, tiró la diagonal en medio del rugido del público, que anticipó el gol en la imaginación. Pero Ramos se le cruzó. Cavani pasó de largo, y él se llevó la pelota sacándola jugada en un alarde de personalidad.

El sevillano salió del estadio pálido. Habló con la voz más apagada de lo normal. El dolor le carcomía el hombro izquierdo. “Jugué infiltrado”, dijo, “porque quería volver a competir. Quería olvidarme de la lesión que tengo. Estamos para intentar ayudar al equipo. Me quedo con eso”.




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