Lamentablemente, la homofobia siempre está ahí, al acecho. Podemos cerrar los ojos, hacer como que no pasa nada.
Pero cuando menos lo esperes, puede que te pase como a esta pareja de jóvenes gays madrileños que estaban pasando el fin de semana en Cantabria y que sufrieron una agresión homófoba sin comerlo ni beberlo.
Los hechos sucedieron en Torrelavega el pasado domingo a las 5 de la madrugada, cuando los dos jóvenes de 21 años regresaban al aparcamiento en el que estaba estacionado el coche de sus amigas, con las que habían salido de copas.
Entonces, se cruzaron con un chico y una chica, y de pronto escucharon que les gritaron ‘mariquitas‘. Los jóvenes replicaron ‘¿Qué estás diciendo?’, y como respuesta, lo que obtuvieron fue una lluvia de golpes.
El agresor le dio un puñetazo a uno de los miembros de la pareja, y cuando el otro joven sale en su defensa, también recibió golpes e incluso un mordisco.
Por lo visto, la pareja que acompañaba al agresor intento separar a su novio, pidiendo a los agredidos (encima, hay que fastidiarse) que no lo provocaran.
Tras lograr escapar, la pareja y sus amigas pudieron llegar al aparcamiento para coger el coche e ir al hospital, viendo entonces que el agresor entraba también al lugar, lo que les permitió anotar la matrícula del agresor.
Según informa El Diario Montañés, el presunto agresor podría ser un hombre de entre 18 y 25 años de origen latinoamericano, piel oscura, pelo corto, delgado y una estatura de unos 1,65 metros.
Lo peor de todo esto, junto a la propia agresión, que por cierto, es la segunda agresión homófoba en Cantabria en pocas semanas, es la indiferencia de las personas que salían de los bares que todavía permanecían abiertos y que no hicieron absolutamente nada para detener la agresión.
