España mira a los Juegos de 2020 con el aval de ser la tercera potencia en este deporte. Alejandro Molina y Sonia García, en la lista para Japón.
Que haya sido Tokio quien solicite la inclusión del kárate como deporte oficial en los Juegos Olímpicos de 2020 no es mera casualidad.
Japón ha dominado el medallero en la mitad de los Mundiales que se han disputado, 22, y es la potencia número uno en el ránking histórico: 168 medallas, 76 de oro.
Pues bien, a España tampoco le va mal: ha organizado tres Mundiales, y en los tres dominó el reparto de metales, y ocupa el tercer lugar en el ránking general, con 105 medallas, 20 de oro, y por detrás de Japón y Francia.
Estamos preparados para ofrecerle más éxitos olímpicos a nuestro país”, afirma Antonio Moreno, el presidente de la Federación Española, que lanza su dardo particular: “Con 300.000 euros de subvención, menos de la mitad que tenía el anterior presidente, en los Mundiales del año pasado se conquistó el oro por equipos masculinos en katas (con Quintero, Salazar y Carbonell), además de cuatro medallas de bronce individuales, tres en chicas (Rocío Sánchez, Laura Palacio y Yaiza Martín) y una en hombres (Jaboga Vizuete).
Para la Federación Española, que el próximo año en Brasil se ratifique la entrada olímpica del kárate se considera como “la gran noticia que tanto se esperaba para relanzar este deporte”, y apunta que “sólo con las ayudas del ADO para los deportistas y técnicos supone poder competir en igualdad con otros países”.
