España vence a Lituania y se proclama campeona de Europa

La mejor selección europea de los últimos tiempos se dio un auto homenaje en una final que sobrevoló con solvencia, desparpajo y el juego más vistoso en su tortuosa y épica ruta hacia el oro.

España, tras su resonante victoria en las semifinales ante Francia, se zampó a Lituania de principio a fin.

Demoledora, segura en todos y cada una de sus acometidas, pertrechada en su defensa de hierro, España no le dio la más mínima opción a la selección báltica.

ESPAÑA, 80; LITUANIA, 63

España: Llull (12), Pau Ribas (5), Rudy Fernández (11), Mirotic (8), Pau Gasol (25) -equipo inicial-; Sergio Rodríguez (4), Felipe Reyes (8), Claver (7), San Emeterio (0), Hernángómez (0), Aguilar (0) y Vives (0)

Lituania: Kalnietis (13), Seibutis (13), Maciulis (8), Jankunas (3), Valanciunas (10) -equipo inicial-; Kavaliauskas (4), Javtokas (0), Gailius (1), Kuzminskas (8) y Milaknis (3).

Parciales: 19-8, 22-25, 19-10 y 20-20.

Árbitros: Lamonica (Italia), Belosevic ( ) y Ryzhyk (Ucrania). Eliminaron a Valanciunas por faltas personales (m.36),

Estadio Pierre Mauroy de Lille. 27.372 espectadores.

El carrusel de Sergio Scariolo resultó más eficaz que nunca, pletóricas todas sus piezas, de nuevo abrumador Pau Gasol, que cerró un campeonato sensacional, el MVP indiscutible, exuberante a sus 35 años.

Salió a relucir la mejor versión de Rudy Fernández, una centella en cada una de sus acciones.

Estuvo listo, corajudo y acertado, aunque desafortunado porque volvió a darse un trompazo con Jankunas en un bloqueo y se quedó fuera del partido mediado el tercer cuarto.

Pero la máquina estaba engrasada y a pleno rendimiento. Funcionaban los relevos, las aportaciones de un Claver por fin liberado y cómodo en su papel de alero alto, pletórico y listo en el rebote y para sacar superioridad en sus emparejamientos con Kuzminskas o Jankunas.

El partido se convirtió en una cuenta atrás para el tercer título europeo de España. Desde que Pau Gasol marcó la línea en la primera acción con un tapón a Maciulis.

Y desde que Llull incidió en el primer pulso ganado para su equipo: las penetraciones después de desbordar a Kalnietis. Las diferencias crecieron con una cadencia constante. Hasta los 16 puntos: 34-18.

Los lituanos, desesperados, no encontraban puntos dentro e intentaron resolver desde fuera. Fallaron sus nueve primeros triples. Pero acertaron cuatro consecutivos, uno sobre la bocina de Maciulis, y se retiraron con un pequeño alivio al descanso (41-33).

Un espejismo. Volvió Llull a la carga, apretaron Pau Ribas y Claver y la ventaja se disparó hasta los 18 puntos (60-42). Valanciunas, desesperado por la superioridad de Pau Gasol, tuvo que irse por cinco faltas.

Maciulis, Seibutis, Kalnietis, todo lo que ponía Lituania en juego se quedaba demasiado corto ante un rival que le sacó tres palmos.

De poco le sirvió dominar el rebote, no tuvo ya poder de reacción y después de un triple de Claver que abrió la máxima renta 62-42 a falta todavía del último cuarto, el partido quedó visto para sentencia.

El juego de España, mecido por las asistencias y acelerones de Llull y Sergio Rodríguez, actuaba como un rodillo, devoraba a la defensa lituana.




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