Agencias /Brasilia
El vicepresidente brasileño Michel Temer abandonó ayer la tarea de «coordinador político” del Gobierno que le había asignado la mandataria Dilma Rousseff, en su intento de mantener unida a su base de apoyo, informaron ayer medios oficiales.
De acuerdo con analistas, la decisión de Temer es la clara demostración de que existen fracturas en el Gobierno.
Según fuentes oficiales, citadas por la Agencia Brasil (oficial), Temer le comunicó ayer su decisión a Rousseff y la atribuyó a que su misión era trabajar por la aprobación en el Congreso de unas medidas de ajuste fiscal, que ya casi en su totalidad fueron respaldadas por las cámaras.
El Vicepresidente, de acuerdo con fuentes de su despacho, seguirá ahora con las labores propias de su cargo, pero dejará el «día a día” de la articulación política del Ejecutivo, aunque «mantendrá el diálogo” con la base parlamentaria de la coalición oficialista de izquierda.
Temer lidera el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la fuerza electoral más importante del país, y su papel como coordinador político desde el pasado abril fue clave para mediatizar las voces que en esa formación demandan una ruptura con el Gobierno y con el Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff.
Entre los dirigentes que encabezan la disidencia interna en el PMDB destaca el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien la semana pasada fue formalmente acusado ante la Corte Suprema por actos de corrupción vinculados a los escándalos en la estatal Petrobras.
«No tengo dudas de que la situación es grave. Hay una crisis política y hay una crisis económica que deben ser ajustadas”, dijo Temer hace 20 días.
En esa oportunidad, apuntó también que «es preciso que alguien tenga la capacidad definitiva de reunificar y reunir a todos”, a fin de evitar que «el país entre en una crisis más desagradable”, cita la agencia EFE.
El analista Bernardo Montes explicó en RFI que «Michel Temer se ha cansado de cargar sobre sus espaldas con la responsabilidad de un gobierno en horas bajas”. Su colega Carlos Alvarado argumentó que «ahora se verá la verdadera medida política de Rousseff. La Presidenta ha visto cómo, en poco tiempo, dos líderes políticos en quienes había depositado responsabilidades y confianza aprovecharon el calor del descontento popular para abandonar la nave de un gobierno que se quiebra”.
El caso Petrobras
Escándalo Las corruptelas en la petrolera, que implican a unas 20 grandes empresas privadas y a medio centenar de políticos que en su mayoría pertenecen a la coalición oficialista de gobierno, se combinaron con una difícil situación económica y han derrumbado la popularidad de la presidenta Rousseff a un escaso 8%, según recientes sondeos.
Protestas La Mandataria ha sido blanco de numerosas manifestaciones, como las que el pasado día 16 llevaron a la calle a casi un millón de personas que exigieron su renuncia o destitución.
Oposición Los movimientos surgidos de la propia izquierda piden a la Presidenta que reconduzca su gestión.
