Una serie de ataques callejeros en la periferia de la ciudad de Sao Paulo dejaron 18 muertos y siete heridos, informó la Secretaría de Seguridad de ese distrito del sudeste de Brasil.
Originalmente habían sido identificados 19 homicidios, pero por la tarde el jefe de ese organismo, Alexandre de Moraes, desligó una de las muertes de los acontecimientos ocurridos en los municipios de Osasco y Barueri como parte de los hallazgos de la investigación.
«Lo que puedo decir con certeza es que es la mayor matanza de este año», señaló.
El funcionario dijo que los peritos analizaron las cápsulas de bala encontradas en los diversos locales donde se cometieron los homicidios y determinaron que habrían actuado dos grupos en los crímenes perpetrados.
Parte de la sangrienta secuencia fue captada por las cámaras de seguridad de un bar, donde se ve a un grupo de encapuchados irrumpir armados en el local y obligar a las personas que estaban en el recinto a levantar las manos antes de dispararles a quemarropa.
Fotografías periodísticas tomadas en los lugares donde se produjeron las ejecuciones mostraban cuerpos tirados ensangrentados dentro de pequeños locales de comida, en las veredas y en las calles, mientras la policía científica recogía pruebas.
Consultado más temprano sobre la posibilidad de que se trate de una venganza, Jorge Lapas, alcalde de Osasco -uno de los municipios donde ocurrieron los crímenes-, había dicho a la emisora Globo News: «Vimos los videos y refuerzan esa opinión. Queremos, a partir de las informaciones de la Secretaría de Seguridad Pública, tomar las acciones necesarias para evitar una situación peor en los próximos días», declaró.
Por su parte, De Moraes dijo que esa era una de las líneas de investigación en curso.
«No descartamos ninguna hipótesis (…), incluso las posibles relaciones con dos robos, uno que ocurrió el viernes pasado donde un policía militar fue asesinado y otro donde murió un guardia civil metropolitano».
Las dos muertes de agentes de seguridad ocurrieron en Osasco y en Barueri, los dos municipios donde se registraron las matanzas del jueves.
«De las seis primeras víctimas que ya fueron identificadas y a las que se les realizó la autopsia, cinco tenían antecedentes criminales», dijo el secretario, quien también detalló que que uno de los tres tipos de armas ya identificadas son de uso policial.
Las autoridades crearon una comisión especial para resolver el caso, integrada por 50 efectivos, que también investiga la posible relación de la matanza con el tráfico de drogas.
En su portal de internet, el diario O Globo señaló que 23 personas fueron baleadas durante los ataques ocurridos a intervalos de hasta dos horas y media.
Testigos de los hechos relataron al periódico Folha de Sao Paulo que los homicidas interceptaban también a sus víctimas desde un vehículo, les preguntaban por sus antecedentes criminales, y si la respuesta era afirmativa los ejecutaban.
«Un hecho como este debe ser tratado en forma diferenciada por la gravedad que tiene y tengo la absoluta certeza de que la policía va a develarlo rápidamente», aseguró De Moraes.
