La pequeña Libby Tucker-Spiers, de 9 años y residente de Buckinghamshire, al sudeste de Inglaterra, quedó devastada después de ver cómo su pequeño ‘novio’, de 7 años, Aiden Selleck, sufría los efectos de la quimioterapia tras diagnosticarle un cáncer de riñón.
Cuando Libby fue al hospital a visitar a quien dice que será «su futuro marido», entró en shock después de ver que en la quinta semana, – de 27 semanas de duración que durará el tratamiento de Aiden–, ya había perdido su pelo rizado.
En ese preciso instante, la joven, que sufre un problema de crecimiento y un retraso en el desarrollo, le contó a su madre que iba a cortarse el pelo para dárselo a Aiden.
«Le explicamos que eso no era posible, pero ella insistió en que quería hacer algo», explica la madre. De este modo, encontraron una solución a su propósito en la organización solidaria ‘Little Princess Trust’, quien se encarga de distribuir pelucas para los niños con cáncer en Reino Unido.
Aunque tal y como explica su progenitora, «Libby siempre quiso dejarse el pelo crecer y tener una larga melena dorada como Rapunzel», no tuvo dudas en abandonar su sueño por otro mucho más noble y conmovedor: ayudar a un amigo al que quiere y junto al que creció. «Nada evitaría que se cortase el cabello para él», reitera su madre en declaraciones recogidas por Mirror.
Más allá, la iniciativa, que se ha extendido a través de las redes sociales, comprende una recogida de dinero que será donado a la misma fundación, ‘Little Princess Trust’ y que será también empleado para celebrar una fiesta a finales de año cuando Aiden haya terminado su tratamiento. Por el momento, la cifra recaudada ya casi alcanza los 1.600 euros.