Polémica, imponente, bella. Naomi Campbell tocó el cielo de las pasarelas hace muchos años, cuando sólo tenía 17 y sorprendió al mundo protagonizando la primera portada del Vogue británico. Entonces hizo historia, y no dejó de hacerla durante todos los años que han pasado desde entonces, casi treinta. A veces por su éxito como modelo y a veces por sus muchos problemas, su adicción a las drogas, por ejemplo. Pero siempre, en las altas y en las bajas, ha demostrado ser una buena activista que lucha contra injusticias sociales y, por supuesto, contra el racismo en las pasarelas. Sigue haciéndolo.
La última vez que ha alzado la voz ha en el Showstudio del popular Nick Nnight, donde ha hablado, alto y claro, para decir que sobre las modelos negras: “no somos una moda, no debería de ser así. No quiero ser una tendencia. No he trabajado durante 28 años por esto para que se considere una tendencia”.
La controvertida Naomi contó lo unida que se siente con sus sucesoras -como Malaika Firth, Jourdan Dunn o Joan Smalls-, a quienes sigue, protege y con quienes tiene un grupo de WhatsApp.
