No se dejó nada en el tintero. Tan solo en las últimas vueltas de una carrera que tenía controlada pudo relajarse un poco. Márquez quería ganar, lo necesitaba, y no quería desaprovechar la oportunidad que le ofrecía el circuito, más propicio para las Honda que ningún otro. “Este fin de semana fui a tope, empujé en todos los entrenamientos al límite, como si fueran la sesión de clasificación. Y al final dio resultado”, concedía al finalizar la prueba.
Y añadió: “Fue la primera carrera en la que pude pensar encima de la moto, es decir: gestionar el desgaste de los neumáticos, cambiar la posición del cuerpo, empujar más en un sitio que en otro… Las últimas vueltas hubiera podido ir un pelín más rápido, pero te dan los mismos puntos si ganas de cinco segundos o de dos milésimas”. Y ganó de dos segundos y pico.
También asumió el campeón del mundo que las características de Sachsenring, con sus desniveles, sus curvas lentas y sus escasas frenadas, le ayudaron. Lo que significa, también, y especialmente considerando la carrera que hizo Rossi con una Yamaha, que las Honda todavía deben mejorar: “Tenemos que seguir trabajando porque el carácter este de la moto y las derrapadas todavía existen, lo que pasa es que aquí no había muchas curvas difíciles para nosotros”, dijo.
Lo mismo opina su compañero de equipo, Pedrosa: “Hacer el cambio que necesitamos es difícil, tenemos que trabajar en algo alternativo que nos permita compensar, aunque hacerlo así no es fácil. A ver si en Misano podemos ganar un poco de terreno”.
Hacer el cambio que necesitamos es difícil, a ver si en Misano podemos ganar un poco de terreno”
Dani Pedrosa, piloto del Repsol Honda Team
