Los más grandes del tenis español piden la cabeza de Escañuela

La guerra civil entre la Federación de Tenis y la Spanish Army (como se conoce por aquí a nuestra nutrida representación de tenistas en el top 100) estalló el domingo sobre la hierba de Wimbledon y acaparó la atención de la prensa internacional, que no acaba de entender la naturaleza de este enfrentamiento que viene de largo y que ha estallado en la antesala del torneo londinense. Todos a una, Rafael Nadal, el lesionado David Ferrer, Feliciano López, Tommy Robredo y Fernando Verdasco acudieron a una cita de urgencia que al principio iba a ser un hotel, después en una de las casas alquiladas en Wimbledon y, finalmente, en un restaurante dentro del exclusivo All England Club, que nunca vio nada parecido.

Se trataba a aunar posturas y redactar una carta, a modo de manifiesto, para intentar dar por zanjada la polémica desatada por la designación de Gala León como capitana del equipo de la Copa Davis sin haber consultado previamente con los jugadores. El nombramiento pudo decidirlo personalmente en septiembre el presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET), José Luis Escañuela, recién sancionado e inhabilitado durante un mes por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) por la falta de transparencia en su gestión.

Cerca de la medianoche, se hizo pública una carta que no sorprende tanto por su contenido, reprobatorio con la gestión del presidente, como por el respaldo masivo, que incluye también a la élite del tenis femenino, a entrenadores y ex jugadores tan representativos como Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyà, Sergi Bruguera Manolo Santana, así como por el hecho de no mencionar a Gala León.

Antes de hacerse público este comunicado se vivió un nuevo episodio en el caótico escenario de nuestro tenis. Después de las sucesivas manifestaciones de rechazo de los tenistas Gala León presentó su dimisión. Ni Olvido Aguilera, presidenta en funciones, ni Escañuela, que sigue al mando en la sombra, aceptaron la renuncia de la mujer cuyo nombramiento ha provocado el conflicto. Curiosamente, no hay una sola mención personal a ella en la carta, si bien al criticarse también el funcionamiento del área deportiva existe una censura implícita a su gestión como directora deportiva.

El presidente ha convertido en una cuestión personal lograr que Gala León ejerza como capitana en la eliminatoria contra Rusia por el ascenso al Grupo Mundial, un cruce que, al fin y al cabo, a ninguno de los actores del conflicto parece importarles demasiado.




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