Cuando la Bella dejó a la Bestia

La galería de Pilar Ordovas en Londres ha atinado con pericia al hacer coincidir una exposición de retratos de Caroline Blackwood, esposa del pintor Lucian Freud, con la venta del cuadro ‘Inspectora descansando’ por 56.2 millones de dólares, que la marchante adquirió para un cliente anónimo en las recientes subastas en Nueva York. La galerista madrileña se está convirtiendo en una autoridad sobre el pintor realista de la carne trémula, fallecido octogenario en el 2011.

«Me hubiese gustado reunir los seis retratos que le hizo desde que se conocieron en 1950 hasta que se divorciaron en 1956, pero no ha podido ser y he reunido cuatro de los seis, el del ojo no se había expuesto nunca en Reino Unido», cuenta Pilar, engatusada con la exposición que presenta del 5 de junio al 1 de agosto. Con los cuatro retratos amalgamados se puede hacer una lectura de la relación del matrimonio puesto que el cuadro de 1956, ‘Girl by the sea’ (Chica junto al mar) muestra una Caroline de perfil, ojos cerrados y gesto entristecido, augurando la ruptura del matrimonio que se avecinaba. Los otras imágenes son de una mujer plácida y serena, en cama o leyendo, en mejores tiempos para la relación amorosa. Por una carambola de la vida, la imagen agorera fue pintada en Pedregalejo (Málaga) en las últimas vacaciones del matrimonio.

Caroline Blackwood fue la segunda y última esposa del pintor, la única mujer que le dejó y con la que no tuvo descendencia, a diferencia de las múltiples amantes y seis madres de sus 14 hijos, que fueron siempre rechazadas por él. Caroline era hija de marqués y miembro de la familia cervecera Guinness lo cual le proveía de una seguridad económica de la que, quizás, no disponían otras de las mujeres en la vida de Freud. Menos aún cuando ya tenían hijos con él.



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