El tren que descarriló en la noche del martes cerca de la ciudad de Filadelfia iba a 160 kilómetros por hora al entrar en una curva en la que el límite de velocidad era de 80 kilómetros, según el primer informe del Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB).
La vía por la que circulaba no estaba equipada con la tecnología avanzada de seguridad, que está destinada a prevenir descarrilamientos por exceso de velocidad. Se trata del sistema PTC (Control positivo de tren), que automáticamente frena aquellos trenes que van demasiado rápido o entran en una zona peligrosa.
Por Ley, todas las vías deben contar con esta tecnología para final de año. Amtrak, la compañía del tren, ha instalado ya algunos componentes del PTC, pero no están aún en funcionamiento, han informado fuentes federales.
El accidente de tren, que cubría la ruta entre Washington y Nueva York, ha causado la muerte a siete personas. Otras 200 están heridas.
Siete de los vagones del tren regional de Amtrak número 188 descarrilaron en la zona de Port Richmond de Filadelfia, en el estado de Pensilvania. Llevaba 238 pasajeros y cinco empleados.
