Un marcador amplio, fruto de un intenso trabajo, permitió al Barça mantener vivo el sueño de conquistar su tercera liga consecutiva. Su triunfo en Granada le vuelve a situar a dos puntos del Real Madrid con un partido más. Un resultado logrado sin mucha brillantez, pero gracias a una superioridad indiscutible sobre el césped. El Barça también sabe ganar sin Messi.
Granada fue la plaza elegida por Luis Enrique para recuperar su esquema clásico, el 4-3-3, muchas semanas después de revolucionar a su equipo con el 3-4-3. Quizás pensando en la eliminatoria ante la Juventus o quizás obligado por las ausencias, muchas y de mucho peso. El técnico optó por ajustar tácticamente a los suyos. Lo más destacable fue el regreso de Rafinha al interior y la sorprendente presencia de André Gomes como extremo derecho.
Rafinha se lesionó al cuarto de hora y dejó su lugar a Alcácer
Pero la lesión del hispanobrasileño, su ojito derecho, al cuarto de hora del partido obligó al técnico a darle una vuelta más a su once, situando a Gomes en el interior y desplazando a Alcácer a la derecha, en otra de las novedades de la noche nazarí. Cumplió el valenciano en una posición tan nueva para él, asociándose bien y ocupando la banda.