Que «la vida es un misterio», tal como comienza la letra de la canción de Madonna, Like a prayer, bien lo sabe Drag Sethlas, coronada como reina Drag del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2017, por obra y gracia del público en una gala conducida por Anabel Alonso y Yanely hernández. A pesar de que La2 consigue excelentes datos de audiencia en la emisión del evento, RTVE ha decidido finalmente retirar el programa de su servicio online sin dar explicaciones ante las críticas de la Conferencia Episcopal.
«¡Mi cielo! Yo no hago milagros, que sea lo que Dios quiera» es el título del espectáculo presentado por Borja Casillas bajo la parafernalia carnavalesca que le convertía en Drag Sethlas, cuya actuación en el parque de Santa Catalina despierta gran expectación entre las 6.000 personas que la disfrutan a rabiar en directo. El protocolo de la elección de la reina Drag era, por cierto, similar a la del representante de RTVE para el Festival de Eurovisión, partiendo de la puntuación de un jurado en combinación de la participación del público que, mediante llamadas y mensajes de texto, con un coste de 0,15€, elevaban como ganadora a Drag Sethlas sin dejar espacio para otra polémica que quien la quisiera crear.
Lo entendamos como un «abandono a la carne» o como un «adiós a la carne», lo cierto es que el carnaval es tradicionalmente un momento para el exceso y la irreverencia más blasfema antes de iniciar la cuaresma. Algo que sí debe haber entendido Ángel Sabroso, concejal del PP en Las Palmas de gran Canaria cunado restaba importancia al espectáculo de Drag Sethlas al afirmar que metía su actuación en el « contexto de noche muy especial y transgresora. A mí particularmente me pareció innecesario pero no le doy importancia ». Al contrario, Flora Marrero, de Coalición Canaria, hablaba de «falta de respeto a la religión católica y a los creyentes entre los que me incluyo».
