Un cazador de tesoros no saldrá de la cárcel hasta que desvele donde está un botín de tres toneladas de oro

Tommy G. Thompson es un cazador de tesoros que lleva dos años encerrado en una prisión de Ohio (Estados Unidos). Nada hace pensar que vaya a salir en breves. Sobre él pesa una condena por la cual no podrá obtener la libertad hasta que confiese donde se encuentran las tres toneladas de oro que descubrió pertenecientes a un barco hundido. Las autoridades le han impuesto una multa de diaria de mil dólares hasta que confiese, pero esa cifra no hace más que aumentar sin que parezca que le importe.

Según relata el diario americano The Washington Post , este antiguo cazatesoros encontró en 1988 uno de los mayores botines jamás encontrados. Logró el apoyo económico de unos 160 inversores para financiar la búsqueda de los restos del SS Central América. Se trata de un navío que se hundió en 1857 en algún lugar de la costa de Carolina del Sur. En aquel barco perdieron la vida 425 personas, pero lo que le interesaba a Tommy eran las cerca de tres toneladas de oro que transportaba.

El navío transportaba oro por valor de 400 millones de dólares

Muchos cazadores de tesoros lo intentaron antes, pero Thompson fue el único en encontrarlo. Necesitó años de investigación y la construcción de un robot submarino propio con capacidad para sumergirse 8.000 pies. Según informó el Chicago Tribune en 1989, de allí se sacaron monedas del siglo XIX, trozos del barco y lingotes de oro quince veces más grandes que los conocidos hasta la época en California. En esa misma información se explicaba que el 95% del navío estaba inexplorado y el valor de lo que podría haber allí sólo en oro podría ascender a 400 millones de dólares.




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