El Mundial de Fórmula 1 dio un giro inesperado en la vuelta 41 del Gran Premio de Malasia cuando Lewis Hamilton se encaminaba hacia un fin de semana perfecto.Una humareda de la parte posterior de su Mercedes indicaba que su motor se había roto ante la incredulidad de toda la escudería británica y, sobre todo, del piloto. El británico se mostró completamente hundido cuando lo tenía todo a su favor para recuperar la primera posición del Mundial.
El imprevisto cambio de guión de una carrera que comenzó movida con la arriesgada salida de Sebastian Vettel que le dejó fuera de carrera y envió a Nico Rosberg a la cola del grupo benefició a Daniel Ricciardo. El australiano conquistó su cuarto gran premio mientras que Max Verstappen y Nico Rosberg completaron el podio. El alemán aumenta su ventaja sobre Hamilton hasta los 23 puntos a falta de cinco carreras para el final del campeonato.
Los Red Bull ya dieron el aviso hace 15 días en Singapur y en Malasia, su circuito fetiche, consiguieron un doblete que dejó a Mercedes sin el récord consecutivo de victorias de la Fórmula 1. Los bólidos austríacos fueron regulares, a pesar de estar lejos de Hamilton, que cuando estuvo sobre la pista no tuvo rival alguno.
La otra remontada de la carrera la protagonizó Fernando Alonso que salió último en la parrilla y acabó en la séptima posición. El asturiano estuvo siempre luchando en la zona de puntos y confirmó la mejora de su McLaren, que debe dar lo mejor de sí la próxima semana en Japón. Carlos Sainz, por su parte, finalizó en la undécima plaza después de llegar a rodar en la sexta posición. Su Toro Rosso tuvo problemas al arrancar y la falta de potencia provocó que el madrileño se quedara fuera de los puntos.
