Pedro Sánchez reúne esta mañana a su diezmada ejecutiva federal –después de que ayer una mayoría de sus miembros presentara su dimisión – con un único punto en el orden del día: blindar su propia estrategia frente a la ofensiva desencadenada por sus críticos.
El plan de Sánchez es sacar adelante su plan, contra viento y marea. Así, el objetivo de la cita de la ejecutiva de esta mañana es acordar la celebración de un comité federal del PSOE este mismo sábado –tal y como ya estaba convocado- en el que se ratifique su propuesta de celebrar unas primarias el próximo 23 de octubre para revalidar el cargo de secretario general y un congreso federal extraordinario –los días 2, 3 y 4 de diciembre- donde se elija una nueva ejecutiva. Es decir, mantener el rumbo. Como si nada hubiera pasado.
Los 17 miembros de la ejecutiva que ayer dimitieron –incluyendo a la hasta ahora presidenta del PSOE, la andaluza Micaela Navarro- no están convocados a la cita de esta mañana, claro está. “Ahora sí que controlamos la ejecutiva”, ironizan los fieles a Pedro Sánchez. Y en Ferraz consideran que si los dirigentes críticos tampoco quieren acudir al comité federal de este sábado, en todo caso contarán con una mayoría suficiente para que haya quórum y sus decisiones –convocar las primarias y el congreso extraordinario, según lo previsto- sean válidas y ajustadas a los estatutos y reglamentos internos.
Pese a que el amplio sector crítico -abanderado por Susana Díaz e integrado por casi todo el poder institucional y territorial del PSOE- no reconoce ya ninguna legitimidad a Pedro Sánchez ni a su ejecutiva de sólo 18 miembros, la previsión de Ferraz es mantener su hoja de ruta.
Uno de los conflictos que también se sustanciarán esta mañana es la convocatoria, o no, de la comisión federal de ética y garantías del PSOE. Los críticos demandan que se reúna este órgano para resolver el choque de legitimidades abierto por la distinta interpretación que las partes enfrentadas hacen de los estatutos y reglamentos del partido.
Y, para eso, quieren que lo convoque la presidenta del comité federal del PSOE, la sevillana Verónica Pérez, afín a Susana Díaz. Pero en Ferraz aseguran que la única persona que puede convocar dicho órgano, según su reglamento, es la propia presidenta de la comisión de ética y garantías, la vasca Isabel Celáa, afín a Pedro Sánchez. Y que no tiene intención de hacerlo. En Ferraz consideran que el único camino que les queda a los críticos es el de los tribunales, si así quieren plantearlo.
