Cuando se encontraba cursando su último curso de educación secundaria en el Christian Brothers High School ( CBHS), un instituto católico privado de Memphis, Lance Sanderson, de 19 años de edad actualmente, pretendía acudir al baile de graduación con una pareja del mismo sexo. Su instituto le informó que no podía hacerlo, pero no porque fuera gay, sino porque su pareja no era de su mismo instituto.
El martes pasado, 20 de septiembre, siendo ya ex alumno del centro de enseñanza secundaria y matriculado en la Universidad de DePaul, en Chicago (Illinois), Sanderson presenta una demanda contra el que fuera su instituto en la corte de Tennessee con el apoyo de su familia.
«Todos los estudiantes actuales CBHS están invitados a asistir a baile de graduación semi-formal de este fin de semana el sábado, 26 de septiembre, de 7:30-22:30 en Heffernan Hall. CBHS estudiantes pueden asistir al baile solos, con otros estudiantes CBHS, o con una chica de otra escuela. Por razones logísticas, los chicos de otras escuelas no pueden asistir.
Las entradas están a la venta cada mañana esta semana en el pasillo 100», así se daba publicidad a la venta de entradas para el baile, por lo que a Sanderson decide finalmente no asistir a tan importante acontecimiento para los estudiantes estadounidenses.
Pero lo que Sanderson no esperaba es que iba a tener problemas para terminar sus estudios, dada la hostilidad que encontró después entre sus compañeros de clase y recibir una invitación indirecta del instituto para no terminar sus estudios de manera presencial, viéndose obligado a hacerlo telemáticamente.
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En la página web del instituto afirman que «los estudiantes deben sentirse seguros y aceptados sea cual sea su color, raza, antecedentes, apariencia, popularidad, habilidades deportivas, inteligencia, orientación sexual, religión o nacionalidad», lo que se contradice con lo que Sanderson ha vivido en el instituto dado que el año que se matricula por primera vez, para el curso 2012-2013, el director ya le advierte que debe mantener su orientación sexual en secreto. Desde el instituto no han querido hacer ninguna declaración sobre la demanda, remitiendo a los medios a su abogado, quien no responde a llamadas telefónicas.
