El cuerpo de Jackson fue encontrado por su hermana cuando entró en su habitación para enseñarle una rana que se había encontrado. Esta noticia ha caído como un mazo sobre su familia, que ahora pretende concienciar a los jóvenes contra el bullying. “Se trata de decirle a estos niños que están siendo crueles. Y que eso tiene que acabar” explicaba su abuela al diario ‘New York Daily News’.
Según han explicado tanto a los medios como a la policía, desde hacía unas semanas el comportamiento del niño había cambiado y que, a pesar de los esfuerzos que hicieron para que hablase sobre su problema, él se lo calló. Sin embargo, su familia sabía que las cosas no iban bien en el colegio y que el resto de niños se metían con él porque era muy pequeño para su edad.
