Kate Middleton se ha dejado ver esta semana en un bar de copas y rodeada de hombres musculosos. Claro que, como suele ser habitual, su escapada no era por placer, sino que formaba parte de la agenda real.
La duquesa de Cambridge visitó Cornualles en un viaje oficial acompañada del príncipe Guillermo. La pareja real arrancó su ruta por el sur de Reino Unido con Nansledan como primera parada. Allí visitaron las obras de un nuevo espacio comercial y residencial para los habitantes de la zona.
Durante la jornada, pararon en un pub de Penhallow, una aldea cercana a Perranzabuloe. El local, que cumple 30 años desde su inauguración, está considerado como una de las principales atracciones turísticas de la zona, por lo que Kate se atrevió a servir una pinta de sidra ante los atentos ojos de los empleados del local y los curiosos que se acercaron al lugar.
El príncipe Guillermo y Kate se mostraron muy sonrientes y bromistas, siempre siguiendo el estricto protocolo con el que cumplen como miembros de la realeza.
Desde que pasaron por el altar se ha puesto en duda la buena relación entre la duquesa de Cambridge y su suegra, Camila Parker-Bowles, duquesa de Cornualles. El pasado mes de mayo el periodista estadounidense Christopher Andersen publicó el libro ‘El día en el que Diana murió’, donde culpa a Camila de la ruptura en 2007 de Guillermo y Kate.
Según el autor, la duquesa de Cornualles siempre había tenido celos de la aspirante a la corona por la rapidez con la que se había ganado el cariño del pueblo británico, algo que a ella le había costado conseguir, después de que rompiera le matrimonio entre Lady Di y el príncipe Carlos.
