La medalla de la amistad

Ahora viene el partido más importante de la jornada. Vamos a ir muerte a por la medalla”, sentenció Rafa Nadal ayer tras su victoria en individuales. Pues fueron a muerte y ya tienen él y su amigo Marc López el metal colgado del cuello. Se lo ganaron a pulso en un duelo impresionante y lo celebraron como se merece, tirados y abrazados sobre el cemento de la minúscula pista 3, con gente agolpándose en la entrada y otra intentando seguir el partido haciendo agujeros en las lonas. Otra situación ridícula más en Río porque dentro sólo cabían 66 espectadores pero que no evitó la emoción del momento.

Ajenos a estas peculiaridades Rafa y Marc, que crecieron juntos en el Tenis Barcelona, batieron a los canadienses Daniel Nestor y Vasek Pospisil por 7-6 (1) y 7-6 (4). Una medalla asegurada que hoy puede ser de oro si doblegan en la final de dobles a los rumanos Florin Mergea y Horia Tecau.

Para Nadal la victoria suponía que su doble sesión de ayer, que arrancó en individuales contra Gilles Simon, tenía premio porque cuando cayó sobre López para agasajarlo ya sumaba cuatro horas en la pista. Para Marc, con lágrimas en los ojos, representa uno de los sueños de su vida tratándose como es de un tenista más modesto. Nadal, campeón olímpico en individuales en Pekín, quiere serlo también en dobles.

Estoy muy emocionado. Para mí llegar a una final de unos Juegos es algo único. Me he perdido partidos importantes de Copa Davis, he tenido que renunciar a Grand Slams pero lo que más me ha dolido en mi carrera fue perderme Londres 2012”, reveló Nadal. “Jugar al lado de Rafa es algo muy especial. Nos conocemos desde muy pequeños, somos muy amigos. A Nadal físicamente lo veo muy bien. En ningún momento se me ha quejado de la muñeca y ya que hemos llegado hasta aquí en la final vamos a ir a por todas”, manifestó López.

La verdad es que el tándem catalán-mallorquín, que ata la primera medalla masculina de España, se merecía subir al podio por ganas, por derroche y por juego. No hacen pareja todas las semanas pero siempre han estado el uno al lado del otro y fueron mejores que el doble canadiense, con un ilustre como Nestor, con 43 años, oro olímpico en Sydney 2000 en la modalidad y con 90 títulos a sus espaldas.

Poco importó porque López tiró del carro cuando a Nadal le fallaban las fuerzas y Rafa puso las gotas de calidad cuando Marc se veía desbordado. Superaron un 3-1 en contra en la primera manga y en el segundo set se hicieron fuertes tras desperdiciar dos bolas de partido con 5-4 a favor. Especial mención merece la segunda, puesto que Nadal no machacó con suficiente fuerza una pelota y los canadienses se llevaron el punto. Un golpe psicológico que no influyó en el desempate final y en un triunfo consumado con una doble falta. En 2 horas y 1 minuto, uno menos que en la victoria de Nadal en individuales contra Gilles Simon. Porque Rafa saltó a jugar el dobles sólo 2 horas y 20 minutos más tarde de su triunfo contra el francés.

En su función inaugural del día el balear ya libró una buena batalla. Por Simon y por su propia irregularidad, aunque obtuvo el pase a los cuartos. Porque el principal rasgo del balear en estos Juegos es la pasión. En el aspecto técnico no es el mejor Nadal de su carrera, ni mucho menos, pero donde no le alcanza un revés que a veces se encoge o un saque que en ocasiones le traiciona le llega el corazón.

Eso ocurrió ante Simon, un partido en el que Nadal bien pudo haber resuelto antes pero que terminó en su zurrón por 7-6 (5), 6-3. Es cierto que arrancó mal, pero también que con su constancia habitual le dio la vuelta al decorado para pasar del 1-2 al 4-2. Simon restableció un equilibrio que ya no se rompió hasta el tie-break.

El desempate fue en sí mismo un espejo de toda la manga. El balear tiró con tino y se marchó 5-1 pero luego cometió tres errores consecutivos que pusieron el 5-5. Por tercera vez debía ganarse el set y al final lo acabaría atando. El segundo acto no tuvo nada que ver porque el francés bajó un poco los brazos. El balear no quiere parar y hoy se enfrentará en cuartos al brasileño Thomaz Bellucci. Hasta ahora ha tenido al público a favor pero en este partido lo va a tener en contra.

Aún le quedaba un tercer partido a Rafa, el de dobles mixto junto a Garbiñe Muguruza. Pero superado por el cansancio y con una medalla ya en el bolsillo, finalmente la pareja optó por retirarse de la competición.




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