Rihanna, luces y sombras de la ‘Madonna negra’

Es una artista con corona, pero quizás no la que querría lucir. Rihanna no ha escondido nunca que Madonna ha sido siempre su máxima fuente de inspiración y que intenta emular a la reina del pop en todos los pasos que hace. Y ahí está precisamente la clave.

Su rango en la realeza musical, a pesar de su extraordinaria ascensión desde 2005, sigue siendo el de una princesa con muchos reconocimientos, pero princesa. Su referente vital y profesional sigue dando de que hablar sobre los escenarios por lo que, la Madonna negra, como a ella misma le gusta llamarse, todavía tendrá que esperar unos años para ver si, algún día, puede llegar a dominar el reinado mundial de pop y la música de baile. Eso sí, a la de Barbados tampoco le faltan competidoras, y es que nombres como Beyoncé, Taylor Swift, Adele o Katy Perry, no se lo van a poner nada sencillo.

Por el momento, los números avalan la trayectoria de Robyn Rihanna Fenty, que este jueves ofrecerá en el Palau Sant Jordi el único concierto en España de su gira Anti World Tour. La artista llega a Barcelona en plena forma, con su octavo disco bajo el brazo, y decenas de colaboraciones con algunos de los deejays y autores más importantes del mundo. A pesar de sus 28 años, la vida de la intérprete ha significado un terremoto de emociones vitales, caprichos, travesuras y polémicas que darían para escribir la primera y la segunda parte de su biografía. Y es que Rihanna es una artista que seduce, y mucho, pero también desespera, especialmente a la prensa con quien ya ha tenido más de un desencuentro. Una trayectoria plagada de hits, la mayoría de ellos bailables, que la convierten en una de las divas más reconocidas de la actualidad musical mundial.

Una infancia complicada

Como gran parte de las biografías de cantantes que han probado las mieles de la fama mundial de muy jóvenes, la vida de Rihanna esconde capítulos admirables que suelen religarse con algunas sombras que también la han puesto en más de una ocasión en el escaparate público. La infancia de la artista se vio profundamente afectada por las adicciones de su padre a la cocaína y alcohol. Un dato revela la incidencia de la estabilidad familiar en la vida de la intérprete: cuando sus padres se divorciaron, la salud de Rihanna, que había sufrido fuertes dolores de cabeza que la llevaron a ver varios médicos, empezó a mejorar. Años más tarde, los quebraderos de cabeza la azotaron de nuevo, esta vez por un motivo distinto: la violencia doméstica que sufrió en su relación con el rapero Chris Brown, hasta el punto de que tuvo que ser hospitalizada en alguna ocasión. Finalmente, Brown admitió su error y se declaró culpable de haber agredido a una cantante que empezaba a poner su nombre artístico en el planeta.

La traviesa ecléctica y polémica

La artista ha declarado en más de una ocasión su amor por Dios, una relación existencial que, seguro, usó para salir adelante y centrarse en una carrera artística que empezó en 2003 cuando formó un trío musical con dos compañeros de clase. Su primer descubridor oficial fue el productor musical Evan Rogers, aunque el impulso mediático lo logró de la mano del rapero Jay-Z con quien, tras una audición en la que este no confiaba mucho, acabó contratándola para su sello Def Jam. Sus cartas de presentación fueron dos discos, Music of the Sun y Girl Like Me , en la que destacó el sencillo Pon de Replay . La artista no debe tener excesivo cariño a estos primeros trabajos ya que en su nueva gira no ha incluido ninguno de los temas de ambos discos, por lo que Barcelona se quedará sin ver la Rihanna de los primeros tiempos. Sus primeros éxitos mundiales, Umbrella y Don’t Stop The Music , llegaron con su tercer álbum Good Girl Gone Bad , en 2008.

Y a partir de ese momento la lista de éxitos, números uno y Grammy- tiene ocho- es ya de las que brillan con fuerza. Rihanna no solo ha sido capaz de forjarse una carrera musical sólida, sino que, con el paso de los años, ha logrado convertir su estética y cambios de imagen en un referente para su público y marcas de ropa. Su obsesión por reinventarse ha sido uno de los bienes más preciados para los medios de comunicación, que le han dedicado portadas y extensas entrevistas con la que, para muchos, es una de las mujeres más sexy del planeta. La intérprete colabora en la promoción e incluso creación de diferentes productos propios, como líneas de zapatos o gafas de sol futuristas. Su atracción estética mediática tampoco ha pasado desapercibida para la industria cinematográfica y televisiva. En el caso del cine, Rihanna no ha recibido especialmente críticas cariñosas y ha llegado a albergar algún premio como peor actriz de reparto (Battleship). La artista puede compensar el mal sabor de boca de esta experiencia con otro sentido, el olfato, gracias a las cinco fragancias propias que ha creado como marca personal. El último de ellos, ‘Riri’, con extracto de maracuyá, ron absoluta, cassis y mandarina italiana.

El show del Sant Jordi

La artista llega a Barcelona con una cifras mareantes tras la publicación de ocho discos. Con más de 200 millones de álbumes vendidos y la corona de reina en el apartado digital, además de ser una de las intérpretes con más colaboraciones exitosas en sus espaldas, con nombres como Eminem, Drake, Jay Z, Calvin Harris, David Guetta o Mikky Ekko, entre muchos otros. Algunas de ellas sonarán en el Palau Sant Jordi en un show con cuatro partes diferenciadas, con protagonismo de las canciones de ANTI, su último disco, y más de una veintena de temas con espacio para alguna concesión de temas de Drake o Tame Impala. No faltarán hits como Diamonds , We Found Love , Rude Boy , Umbrella , Stay o el reciente Work . A pocas horas de su concierto en el Sant Jordi, estas son siete notas sobre Rihanna en forma de escalera musical:




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