El respeto al rival y el miedo al escenario maniataron en su eliminatoria de octavos a Portugal y Croacia, dos equipos que habían mostrado un fútbol ambicioso desde el inicio del campeonato. Triunfó el pánico a la derrota y el partido decepcionó en todas sus aristas.
Ni un sólo tiro a portería en 115 minutos y demasiado oficio hizo que todo se decidiese en un minuto loco de la segunda parte de la prórroga. Fue allí, en el intercambio de golpes entro dos púgiles golpeados, donde fue mejor Portugal. Perisic la mandó al palo. Quaresma remachó a gol un disparo de Cristiano. Los lusos acceden a los cuartos de final, donde se medirán a Polonia, por el lado del cuadro con el que todavía sueña España.
Ser conscientes de que en juego había algo más que unos cuartos de final les hizo ser excesivamente prudentes tanto a Portugal como Croacia y eso lo pagó el espectáculo. Ambos se reconocieron como, a priori, su mayor rival en el camino hacia la final de la Eurocopa. El cuadro quiso que los cocos les dejasen vía libre, por lo que más que un partido, este encuentro se había convertido en una oportunidad histórica.
Los croatas cambiaron el esquema que tanto éxito les dio ante España. Con Modric y Mandzukic de inicio, el seleccionador devolvió a su equipo la potestad de tener el balón para sobrevivir. Portugal quiso, sin embargo, evitarlo con un marcaje al hombre sobre el madridista de Adrien Silva.
Croacia fue quien se apoderó del balón mientras Portugal esperaba en su campo sin una presión demasiado elevada excepto cuando aparecía en escena Modric. Pero la posesión no fue sinónimo de ocasiones de gol. De hecho durante la primera parte ni Subasic ni Rui Patricio recibieron disparo alguno.
El peso de lo que había en juego hizo que los croatas arriesgasen en muy pocas ocasiones. Fue Perisic, el resorte de este equipo, el que lanzó algún improperio al partido. Un par de acciones suyas cambiaron el paso anodino, pero en última estancia nunca encontró a Rui Patricio. Rakitic, que con Croacia parece un jugador de otra dimensión por la libertad que le conceden, también lo intentó pero no se entendió con Mandzukic.
Portugal tuvo que dejar pasar muchos minutos hasta conseguir trenzar alguna jugada de peligro. Joao Mario y Nani fueron los que más aparecieron entre líneas, pero nunca encontraron el último pase a Cristiano Ronaldo, totalmente desapercibido en el primer tiempo. Un remate de Pepe de cabeza que se marchó alto fue toda la producción ofensiva de los de Fernando Santos.
Con el partido se convertido en un fado, por lo triste y decepcionante de su transcurso, Velasco Carballo decidió acabar con la primera parte, a la espera de que el refresco diese un nuevo impulso al partido. Y el descanso pareció beneficiar a Croacia, capaz ganar profundidad al llegar por primera vez al área con un centro de Strinic desde la izquierda. Al dominio territorial y del esférico de la primera parte, los de Cacic añadieron mayor capacidad para atacar los espacios.
Desde Portugal no llegaban buenas noticias. Cada vez le duraba menos el balón. No colaboró Fernando Santo, que retiró a André Gomes para dar entra a Renato, un futbolista todavía por hacer que aporta mucho despliegue físico y poco talento. Poco a poco los espacios comenzaron a aparecer producto del cansancio. Domagoj Vida rozó el gol para Croacia con un remate de cabeza que se fue desviado.
Poco después Velasco Carballo se comió un penalti por una patada de Strinic a Nani dentro del área. Esa jugada animó a los portugueses, que vivieron sus mejores minutos. Croacia parecía cansada de enfrentarse contra el muro y la aparición de Renato Sánchez dotó de mayor vigor a los de Santos. De ahí al final ambos equipos evitaron sustos y firmaron una tregua hasta la prórroga.
El guión no cambió en el añadido y ambos equipos penaron por un gol durante buena parte del añadido. Fue a falta de cuatro minutos para el final cuando el partido enloqueció. Croacia cometió el error que penalizó a España y se fue arriba sin demasiada conciencia.
Perisic mandó un remate al palo y en la jugada posterior Cristiano se quedó solo ante Subasic y Quaresma remachó a gol el rechace del portero. Portugal, después de una batalla en la que el miedo fue el protagonista, logró inclinar la balanza cuando ya no quedaba tiempo. Polonia será su rival por un puesto en semifinales en el lado del cuadro más tentador.
