Kesha está pasando por unos momentos profesionales y, especialmente personales, muy complicados. A principios de año, la cantante tuvo que enfrentarse judicialmente a su productor, Dr. Luke, por supuestos maltratos físicos y psíquicos. La intérprete inició una batalla legal acusando al profesional de maltrato y abusos sexuales, hasta el punto de que sus abogados aseguraron que seguir en contacto con el productor podría poner en serio peligro la vida de la artista.
Finalmente, la justicia de la Corte de Nueva York dio la razón al productor musical obligando a la cantante ha mantener su contrato con Sony Music. Una decisión que provocó la reacción de numerosos celebs que mostraron su apoyo a Kesha en las redes sociales, incluso Taylor Swift le donó 250.000 dólares para que continuase con su legal.
Kesha ha ido recuperando su día a día poco a poco, pero está claro que todo esta polémica le ha pasado una gran factura. Con un drástico cambio físico, la cantante disfruta de su tiempo libre en Los Ángeles mientras pasea en bicicleta con su novio, Brad Ashenfelter. Él ha sido el mejor de sus apoyos en esta difícil etapa que verá este 23 de junio su final cuando vuelva a subirse a un escenario en Las Vegas.
