La ONU aprueba un compromiso para frenar el SIDA

En una cumbre celebrada ayer, jueves, 9 de junio, la Organización de las Naciones Unidas firma un acuerdo mediante el que reafirma su compromiso de terminar con el SIDA antes del año 2030, brindando respaldo político para terminar con una de las enfermedades más letales de la historia de la humanidad.

Los 193 países miembros de la ONU se han comprometido a desarrollar una estrategia de «acción acelerada» mediante la que aspiran a reducir tanto la infección como el número de muertes a 500.000 por año elevando la inversión en países en desarrollo hasta los 26.000 millones de dólares anuales, teniendo como primer objetivo el año 2020.

Durante los próximos cinco años tenemos una ventana de oportunidad para cambiar radicalmente la trayectoria de la epidemia y poner fin al sida para siempre», ha declarado Ban Ki-moon, secretario General de la ONU. Las estimaciones indican que se podrían prevenir más de 17 millones de nuevas infecciones e impedir 11 millones de muertes prematuras.

Para conseguir alcanzar su objetivo necesitan en primera instancia tener conocimiento de al menos un 90 % por ciento de personas que son portadoras de la enfermedad, un dato que todavía no es exacto puesto que muchas personas viven con la enfermedad sin saber que la tienen. Una vez localizadas las personas que han desarrollado la enfermedad, al menos el 90 % recibiría el tratamiento, aspirando a que el 90 % de ellas consiga un nivel de carga viral indetectable. Dada la repetición del número, han denominado a este tratamiento como «90-90-90».

«El mundo ha hecho mucho progreso. Juntos, podemos acabar con la epidemia del SIDA, y no debemos dejar a ningún grupo o a ningún individuo atrás en este esfuerzo» declaraba Mogens Lykketoft, presidente de la Asamblea General enfatizando la necesidad de «alcanzar la igualdad de género y la autonomía de todas las mujeres y niñas, de respetar, promover y proteger sus derechos humanos», un compromiso que también ha quedado reflejado en el acuerdo.

Desde el año 2000, las infecciones de nuevos portadores ha ciado un 35%, disminuyendo en un 43 % los fallecimientos por SIDA desde 2003. Los avances en los tratamientos, la aparición de nuevos medicamentos para reducir el riesgo de infección en las relaciones sexuales y el traspaso de madre a hijo durante el embarazo, además de la educación sexual y el uso de preservativos, han permitido poner bajo control la propagación del virus. Aún así, unos 36 millones de personas aún conviven con la enfermedad, siendo contraída anualmente por 2 millones de personas en todo el mundo.

El SIDA es la segunda causa de muerte entre adolescentes a nivel mundial, siendo las mujeres y las niñas los grupos más afectados por la enfermedad, particularmente en el África subsahariana, la región más afectada por la epidemia. Por este motivo el acuerdo también insta a «eliminar la discriminación y la estigmatización relacionadas con el sida», y poner el foco en «poblaciones específicas» como las mujeres y las adolescentes, los inmigrantes, personas drogadictas, trabajadores sexuales, homosexuales, transexuales y personas en prisión, como los sectores de la población con mayor riesgo de adquirir la enfermedad. Una advertencia que ha causado malestar en países como Irán, Rusia, Egipto y Arabia Saudita.




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