Condenan a un vecino de Molins de Rei a dos años de cárcel y 11.000 euros de multa por pornografía infantil y coacciones

La sección segunda de la Audiencia de Barcelona ha condenado a un vecino de Molins de Rei (Baix Llobregat), de 44 años, a dos años de prisión y una multa de 11.025 euros por un delito continuado de producción de pornografía infantil y tres delitos de coacciones.

Según la sentencia, queda demostrado que el hombre contactaba con diferentes personas a través de internet, desde su casa o desde el trabajo, y conseguía que le enviaran fotos suyas desnudas o exhibiendo los genitales de forma sexualmente sugestiva. A cambio, les ofrecía dinero, que nunca acababa enviando. Cuando las víctimas reclamaban el importe acordado, el les pedía más fotos bajo la amenaza de publicar el material que ya tenía con anterioridad. Un registro en el domicilio del condenado constató que tenía un disco duro con las fotos de las víctimas.

Los hechos ocurrieron el año 2007. La sentencia recoge tres casos en que el condenado contactaba por internet con diversas personas a través de su dirección de correo electrónico: pagotusfotos@hotmail.com

Con la primera de las víctimas, acordó que le pagaría 100 euros a cambio de diez fotografías en bikini y ropa interior. Al cabo de tres meses, esta persona reclamó el dinero pero el condenado presionó para que le enviará más imágenes suyas, advirtiendo que si no se las hacía llegar, difundiría por toda la Universitat Autònoma – donde ella estudiaba – una fotografía casi desnuda, su teléfono y un mensaje ofreciendo servicios sexuales.

En el segundo caso, el acusado contactó con una chica de 16 años. Pese a que al principio se negó al chantaje, al final accedió a pasarle 10 imágenes desnuda o en ropa interior a cambio de 150 euros. Igual que en el primer caso, el hombre no le pagó nada. Delante de la insistencia de la menor por cobrar, él le exigió que le enviara más fotografías, obligándola a que apareciera introduciéndose objetos por el ano y la vagina. Si no lo hacía, le advertía que difundiría imágenes suyas por Sant Cugat del Vallès, su lugar de residencia. Al final, la menor, víctima del miedo, le envió 20 fotos más.

En el tercer caso, la víctima volvía a ser una chica mayor de edad. El condenado contactó con ella por la red social Messenger. Allí amenazaba a la víctima diciendo que había conseguido acceder a su ordenador, donde había localizado vídeos y datos que acabaría publicando en internet en caso de no enviarle las fotos que le había demandado.

Ante las denuncias, el juez ordenó un registro al domicilio del acusado, donde se localizó un disco duro con 17 fotos de adolescentes exhibiendo los genitales de forma sexualmente sugestiva. Según recoge la sentencia, el hombre tenía los contactos de las jóvenes distribuidos en cinco grupos titulados como ‘han picado’, ‘cam eseñada’ o ‘tímidas’, entre otros. En otro disco duro que supuestamente utilizaba para trabajar se encontraron 16 fotos más de este tipo.I




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