Los Mossos d’Esquadra han pedido a un juzgado de Barcelona que Hacienda investigue a las prostitutas y a dos locales de sexo de pago porque no declararon sus beneficios al fisco.
Así consta en un informe remitido al juzgado de instrucción 10 de Barcelona, y vinculado al caso de los clubs Night Beach y Fuego, que fueron clausurados en septiembre del 2014.
Las pesquisas se centraban en la explotación de la prostitución, en estafas a clientes y en los sobornos que los locales pagaban a un grupo de cuatro guardias urbanos bautizados por los principales responsables de la trama como los pepitos.
En el último informe remitido por la policía autonómica a la juez se detalla que, del estudio del material incautado, se desprende la existencia de indicios de los delitos de fraude fiscal y de soborno de funcionarios, pero no de “delitos afines a la prostitución, en el sentido de que no hay documentos que hagan referencia al sometimiento, coacción, violencia o abusos de superioridad por parte de la organización a las mujeres que trabajaban en los clubes”.
Así, se describe que las mujeres se quedaban el 60 por ciento de los pagos de los clientes, y los locales el otro 40%. Lo de ellas, se define, es rendimiento del trabajo de trabajadoras sexuales, que no está regulado por ley. Y el resto, la organización lo camuflaba simulando el sexo de pago como operaciones de cambio de divisa o efectivo en préstamo. Para ello se utilizaban seis empresas financieras. Por todo ello, la policía solicita al juez trasladar todos los indicios a Hacienda para que dictamine las cuotas defraudadas.
Además, añaden los Mossos d’ Esquadra que tampoco se deduce que las estafas a clientes cometidas en los locales fueran preparadas por los propietarios de los establecimientos, “y todo apunta a que las prostitutas actuaban de forma independiente”. Entre estos timos se hallaba drogar a los clientes para saquear fondos de sus tarjetas de crédito.
