Avenida Prat de la Riba. Ese es el nombre de la vía por la que este redactor empieza su particular travesía en busca de Joan Balcells, el hombre que en los últimos días ha tenido en alerta a la ciudad de Lleida.
Precisamente fue en esa calle donde empezó todo; el punto en el que abordó a una de sus primeras víctimas y de la que obtuvo 40 euros. Ocurrió frente a la farmacia Anadón.
Haciéndose pasar por un conocido de la infancia, y relatando a lágrima viva una supuesta enfermedad de su padre, consiguió ablandar a su interlocutor y llevarse el pequeño botín. La estafa del falso amigo, la llaman. Ocurrió el pasado 26 de marzo por la noche.
Son las 15:40 de la tarde. Tengo una foto en el móvil de quien se esconde tras la falsa identidad de Joan Balcells. A esta hora, ni rastro de él. Me muero de ganas de preguntarle cómo consigue información de las personas que aborda, a las que llama por su nombre (en algún caso también conoce el apellido).
Dejando la Avenida Prat de la Riba atrás, aparece la plaza Ricard Viñes, centro neurálgico de la ciudad que supone otro punto de interés en mi singular búsqueda. Y es que ese fue el escenario que el misterioso timador escogió para efectuar una de sus últimas tropelías conocida.
Fue también de noche, el pasado martes 12 de abril. La víctima acabó dándole 30 euros. Ahora son las 16.00 horas. Tampoco se ve al escurridizo estafador por ningún lado.
Prosigo mi peculiar vía crucis por la Avenida Doctor Fleming. Ésta desemboca en una de las arterias de la ciudad, el Gran Passeig de Ronda, en la que se encuentra un bingo supuestamente frecuentado por Balcells. Paso por delante.
Me detengo. El sensor de la puerta me detecta y se abre. Aparece ante mí una estancia llena de máquinas tragaperras. Algunos clientes insertan dinero en ellas. Balcells no es ninguno de ellos.
Siguiendo el Gran Passeig de Ronda en dirección al río Segre, después de haber caminado cerca de medio kilómetro, a mano derecha queda el barrio conocido popularmente como La Mariola. Ahí es donde en teoría reside el misterioso estafador. Ese será un lugar de obligada visita más adelante, cuando caiga el sol.
Ahora, a las 16:15, decido pasarme por los bloques donde me han informado que podría residir su padre y que quedan cerca de este barrio, uno de los más deteriorados de la ciudad. Ya en los bloques, mi presencia pone en alerta a varios vecinos que merodean por allí. Decido alejarme. Ya volveré más tarde.
