Nunca hasta ahora policías chinos habían trabajado uniformados en un país europeo. Y lo han hecho en España, donde la semana pasada participaron en un operativo de la Guardia Civil para desarticular a una red de trata de mujeres traídas mediante engaños desde China para prostituirse en diferentes ciudades españolas y Andorra.
Más allá de la importancia del operativo, con 29 detenidos y una treintena de mujeres liberadas, la importancia de la investigación radica en las vías de colaboración que se han abierto con esta operación.
Y el hito histórico que supone que una policía como la de China aceptara trasladarse a España para trabajar a las órdenes de otra, en este caso de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Aunque pueda parecer lo contrario, no fue tan complicado que las autoridades chinas aceptaran la invitación de la Guardia Civil. Lo que ocurre es que a nadie hasta ahora se le había ocurrido hacerles el ofrecimiento.
Eso sí, hubo que tirar, y mucho, de diplomacia, reuniones y papeleo. Fue hace un par de meses cuando los responsables de la UCO plantearon en una de las reuniones para analizar las investigaciones que los diferentes grupos tenían en marcha, la posibilidad de trabajar directamente con policías chinos.
Fueron necesarias dos reuniones con un consejero de la embajada de China en España para que el diplomático trasladará la invitación a las autoridades policiales de su país, y que estos aceptaran el reto.
Y a juzgar por el resultado de la investigación, la colaboración ha sido “un auténtico éxito”, según ha avanzado este lunes un responsable de la UCO.
El modus operandi de la organización criminal es el que repiten muchas de las redes de proxenetas que trabajan en Europa.
Mujeres muy jóvenes, de localidades rurales del interior de China, que eran engañadas para viajar a Europa a trabajar. Una vez en España, se les retiraba toda la documentación y se las amenazaba con dañar a sus familias sino trabajaban en la prostitución para saldar la deuda contraída por el viaje.
Agentes de la policía china se trasladaron a España para trabajar a las órdenes de la Guardia Civil.
Otro de los argumentos utilizados por los esclavistas era amenazar a las mujeres con contar a sus padres que sus hijas se habían convertido en prostitutas, con el deshonor que eso implicaba para ellas y sus familias.
En ocasiones, el pudor y vergüenza de las jóvenes se solventaba obligándolas a consumir drogas.
Las víctimas eran obligadas a ejercer la prostitución en pisos, locales y a destajo. Sin horarios, sin remuneración económica y en situación de esclavitud.
Sus rostros al descubrir a policías chinos participar era una mezcla de sorpresa e incredulidad. Y de auténtico horror y miedo para los detenidos, algunos de ellos con antecedentes en China.
Las mujeres liberadas han podido colaborar e incluso declarar, algo muy difícil en este tipo de víctimas muy temerosas, aún después de ser rescatadas. Tiene miedo y en esta ocasión, les tranquilizó saber que los policías chinos se comprometían in situ a proteger a sus familias en China.
La investigación, coordinada por Europol, ha contado también con la participación de la Policía Nacional francesa y la andorrana. Se han realizado 22 registros en Madrid, Soria, Lleida, Girona, Valencia, Zaragoza y Toledo. Las pesquisas arrancaron en el local de alterne Adradas, de Soria, donde se identificó a dos mujeres chinas que ejercían la prostitución obligadas.
