Después del ciudadano que deambuló durante horas con un rifle de imitación apuntando a quien se cruzara por su camino, y del joven francotirador de 15 años que disparó varios perdigonazos a vecinos y patrullas policiales, ayer llegó Rambo a las calles de la capital. El tercer suceso extraño de este tipo en un mes tuvo lugar en la plaza de España de Madrid donde la Policía Municipal retuvo a una mujer ataviada con ropa de camuflaje y una cinta rosa en el pelo que se arrastraba por el suelo con un fusil.
Leído con la calma la situación produce más risa que miedo, pero en el momento generó cierta alarma entre los viandantes que poblaban la céntrica plaza. La llamada de un ciudadano movilizó una patrulla que, inmediatamente, procedió a retener a ‘la Rambo’, y el interrogatorio posterior confirmó que se trataba de una agente de la Guardia Civil que estaba realizando un servicio táctico.
Según relata Voz Populi, quien ha adelantado la noticia, la mujer iba acompañada de otros dos compañeros disfrazados, uno de bailarín y otro de bailarina asiática. En un primer momento, aseguraron que pertenecían a una compañía de teatro, pero tras el interrogatorio de los agentes municipales, mostraron su verdadera identidad.
Al parecer, este ejercicio forma parte de una práctica de “pérdida de la vergüenza”, que realizan en el Instituto Armado en una de sus fases de formación. Los guardias civiles en ningún momento informaron al Ayuntamiento de Madrid de la realización de esta práctica como sí ha ocurrido en otras ocasiones.
