El 19 de agosto del año pasado, la profesora de la Universidad Centralde Michigan, Mari Poindexter denuncia que ha sido víctima de agresión homofóbica cunado es asaltada por un individuo en un concierto de Toby Keith al grito de «travestido marica.
Posteriormente, se encuenta con el mismo agresor en el aparcamiento de un bar, quien le escupe y le propina un puñetazo en el ojo. La imagen que publicó de su ojo morado se vuelve viral en las redes sociales, recibiendo todo el apoyo de su familia, de su Universidad y de los medios de comunicación.
La profesora llega a denunciar los hechos a la policía, pero no consigue mantener su versión cuando la enfrentan con las imágenes del vídeo de vigilancia de la zona en la que afirma haber sido agredida.
Posteriormente, esa misma noche, una amiga de la profesora llama a la policía temiendo que su amiga se agreda a sí misma. En esa llamada se escucha a Poindexter admitiendo a su amiga que se había inventado el ataque y se había agredido a sí misma en el ojo.
Una vez desmontada su historia, Pintdexter contrata un abogado y se interna en un centro psiquiátrico. Se le acusa de mentir a un policía y presentar una denuncia falsa, denuncia que se retira en el momento en que admite su culpabilidad. El pasado 25 de febrero se le sentencia a seis meses de libertad condicional y a una multa de 225 dólares.
«En la noche en cuestión, fue asaltada por otra persona durante el concierto», comenta su abogado, quien asegura que hubo «comentarios homófobos, muy mal intencionados», pero su defendida «cometió el error» de inventarse el ataque en el aparcamiento del bar, confiesa el abogado, que dibuja a su defendida como una ferviente activista LGTB que ha ido demasiado lejos.
