Parece un castigo divino. O un toque de atención. Hablamos de lo que le ha sucedido a Jamie Gilt, una mujer norteamericana de 31 años, activista pro armas, que recibió un disparo de su hijo de cuatro años.
Lo curioso del caso es que un día antes Jamie presumía en las redes de las habilidades que tenía su pequeño con una pistola del calibre 22. Afortunadamente, la mujer se encuentra estable y se recupera de la herida en el hospital de Gainesville, Florida.
Todo sucedió cuando Jamie y su hijo viajaban en su furgoneta para recoger un caballo de un pariente. La mujer estaba al volante y el pequeño viajaba sentado en el asiento trasero.
De repente, el niño vio que a su lado había una pistola semiautomática del calibre .45. Y sin pensárselo dos veces, según relata el Daily Mail , apuntó a su madre y le disparó.
La bala atravesó el asiento e impactó en la espalda de la mujer. Un testigo explicaba que vio una furgoneta haciendo trayectorias extrañas para, acto seguido, detenerse. Esta persona se acercó al vehículo y vio a una mujer al volante con un impacto de bala en la espalda.
El otro ocupante que viajaba en la furgoneta era un niño pequeño. Al parecer, fue la misma Jamie la que llamó a la oficina del Sheriff, en el Condado de Putnam, avisando de que le habían disparado.
Habilidades con las armas
Quizás, lo más impactante del caso, es que tan sólo un día antes, Jamie presumía en las redes del dominio que tenía su hijo con una pistola. Parece como si alguien haya querido darle un toque de atención, avisándole de que un arma de fuego no es el mejor juguete para un niño pequeño.
Incluso mi hijo de 4 años hace blanco con una pistola del calibre 22”, explicaba Jamie en la redes un día antes del suceso.
Esta mujer norteamericana añadía que tenía el derecho de disparar a todo aquel que amenazara a su familia y que tenía la intención de inculcar esa mentalidad a su pequeño. Esperemos que el dramático suceso que ha vivido le haga recapacitar.
